Según relatan los vecinos, el incidente ocurrió cuando Jaymi jugaba sola en el patio de su vivienda. Sin darse cuenta del peligro, la niña tocó un cable que estaba energizado, lo que provocó una descarga eléctrica que la dejó sin posibilidad de reacción. En ese momento, no había ningún adulto cerca que pudiera auxiliarla mientras sufría la descarga.

Fue hasta que sus familiares notaron un inquietante silencio que decidieron ir a buscarla. Lo que encontraron fue devastador: la niña yacía inmóvil en medio de un charco, su pequeño cuerpo inerte tras el terrible accidente. Inmediatamente, sus familiares la cargaron y la trasladaron en un vehículo particular al hospital Nuevo Amanecer, esperando poder salvar su vida.

Al llegar al hospital, el personal médico hizo todo lo posible para reanimarla. Sin embargo, Jaymi Nicole ya no mostraba signos vitales y fue declarada muerta. La noticia de su fallecimiento conmocionó a la comunidad de Waulalaya, que lamentó profundamente la pérdida de una vida tan joven y llena de promesas.

El cuerpo de la pequeña fue velado en su humilde hogar, rodeado de familiares, amigos y vecinos que no pudieron contener el dolor y la tristeza ante una tragedia tan grande. Este miércoles, la niña fue sepultada en el cementerio municipal, en un acto marcado por el llanto y la desolación de todos aquellos que la conocieron y amaron.

Este lamentable suceso ha dejado a la comunidad de Bilwi consternada y en estado de duelo. La familia de Jaymi Nicole, junto con el apoyo de sus vecinos, ahora enfrenta el difícil proceso de aceptar y sobrellevar esta pérdida tan repentina y dolorosa. La muerte de Jaymi es un recordatorio del peligro que representa la presencia de cables eléctricos expuestos, especialmente en áreas donde los niños juegan y viven su vida diaria.

 

La comunidad ha comenzado a reflexionar sobre la necesidad de tomar medidas de seguridad más estrictas para evitar que una tragedia como esta vuelva a ocurrir. La importancia de revisar y mantener en buen estado las instalaciones eléctricas, sobre todo en lugares donde hay niños, ha cobrado una relevancia crítica en este barrio y otros cercanos.

La familia de Jaymi espera que su historia sirva como advertencia para otros, instando a todos a ser más conscientes de los peligros ocultos en su entorno cotidiano. La muerte de esta pequeña ha dejado una herida profunda en su comunidad, pero también un llamado a la acción para mejorar la seguridad y proteger a los más vulnerables.

Mientras tanto, el barrio de Waulalaya continúa de luto, recordando a Jaymi Nicole como una niña llena de vida, cuya sonrisa y energía alegraban a quienes la conocían. Su partida deja un vacío imposible de llenar, pero su memoria vivirá en el corazón de todos aquellos que la amaron.