La Triste Historia de Cash Luna | Un Pastor que Idolatra el Dinero por Encima de Jesús TS.DHUNG.

Cash Luna, cuyo nombre real es Carlos Enrique Luna Lam Arango, nació el 4 de marzo de 1962 en Guatemala.

Proveniente de una familia católica de escasos recursos, su infancia estuvo marcada por dificultades económicas y el divorcio de sus padres.

A pesar de estos retos, Luna se destacó en la escuela y el deporte, lo que le permitió forjar un futuro mejor.

A los 20 años, abrazó la fe cristiana, lo que cambiaría su vida para siempre.

 

Su apodo “Cash” se consolidó entre amigos y colegas, irónicamente relacionado con el dinero, mientras que su misión espiritual se centraba en las riquezas espirituales.

Luna continuó su educación en la Universidad Francisco Marroquín, donde estudió administración de sistemas de información, y más tarde obtuvo un doctorado en ministerios pastorales.

A los 23 años, se casó con Sonia y juntos fundaron la iglesia “Casa de Dios” el 11 de septiembre de 1994.

Lo que comenzó como un pequeño grupo de tres familias, rápidamente creció hasta convertirse en una de las iglesias más grandes y extravagantes de América Latina, con un templo que costó aproximadamente 44 millones de dólares.

Casa de Dios no solo es un edificio, sino un símbolo de la misión de Luna de alcanzar a una amplia audiencia.

Cada semana, miles de personas asisten a sus servicios, y su influencia se extiende a través de plataformas digitales, donde cuenta con millones de seguidores.

 

 

A pesar de su éxito, Cash Luna ha estado rodeado de controversias.

Críticos lo acusan de idolatrar el dinero, señalando su lujoso estilo de vida y las acusaciones de fraude.

 

En particular, se han documentado vínculos con el narcotráfico, específicamente con Marlor Chacón, una narcotraficante condenada.

Según informes, Chacón habría proporcionado fondos para la construcción de Casa de Dios.

Luna ha enfrentado acusaciones de fraude tras eventos de sanación en los que prometió milagros, algunos de los cuales resultaron en tragedias.

La muerte de una niña durante uno de estos eventos provocó un intenso escrutinio y cuestionamientos sobre la ética de sus prácticas.

A pesar de las críticas, Cash Luna ha mantenido su postura, afirmando que el verdadero juicio le corresponde a Dios.

Ha desestimado las acusaciones en su contra, defendiendo que su ministerio se basa en la fe y el compromiso con su comunidad.

Además, ha enfatizado que la expansión de Casa de Dios se ha logrado gracias a donaciones voluntarias de sus fieles.

 

Detrás de las controversias, la familia Luna se mantiene unida.

 

Su esposa Sonia y sus tres hijos están involucrados en el ministerio, trabajando en programas para jóvenes y expandiendo el alcance de la iglesia.

La unidad familiar ha sido un pilar en medio de la adversidad, y los hijos de Luna han asumido roles significativos dentro de la iglesia.

Juan Diego, su hijo mayor, ha fundado un programa de liderazgo para jóvenes, mientras que Ana ha llevado la misión de la iglesia a Portugal.

A pesar de las sombras que rodean la figura de Cash Luna, su familia sigue siendo un testimonio de su dedicación a la fe y al servicio.

La historia de Cash Luna es un reflejo de la complejidad de la fe contemporánea.

A pesar de su éxito y de las críticas que enfrenta, continúa atrayendo a miles de seguidores.

Su legado, marcado por la controversia y la devoción familiar, plantea preguntas sobre la relación entre la religión y el dinero, así como el impacto de las figuras públicas en la comunidad cristiana.

¿Es su mensaje de fe lo que atrae a la gente, o es algo más profundo lo que los mantiene fieles? La historia de Cash Luna sigue siendo un tema de debate en el ámbito religioso y social.