Hallazgo sorprendente: la sangre menstrual podría ser clave para frenar el alzhéimer.

Hallazgo sorprendente: la sangre menstrual podría ser clave para frenar el alzhéimer.

La enfermedad de Alzheimer representa uno de los mayores desafíos de salud pública a nivel global. Se estima que millones de personas en el mundo la padecen, provocando un deterioro progresivo de la memoria, el pensamiento y, finalmente, la capacidad de llevar una vida independiente. Dado el aumento de la esperanza de vida, el número de pacientes continúa en constante crecimiento, lo que hace urgente el desarrollo de nuevas terapias efectivas que aborden las causas de esta enfermedad neurodegenerativa.

Un estudio científico ha revelado un hallazgo sorprendente: la sangre menstrual podría ser una fuente de células madre con el potencial de frenar el avance del Alzheimer. Estas células, llamadas MenSCs (células madre de la sangre menstrual), han mostrado resultados prometedores en la reducción de placas beta-amiloides y en la disminución de la proteína tau hiperfosforilada, dos de los principales marcadores de la enfermedad.

¿Por qué es urgente encontrar nuevos tratamientos para el Alzheimer?

El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa progresiva que afecta principalmente a adultos mayores, generando una pérdida progresiva de las funciones cerebrales. Los síntomas iniciales incluyen olvidos leves y dificultad para realizar tareas cotidianas, pero a medida que la enfermedad avanza, el deterioro cognitivo se vuelve cada vez más profundo. Se estima que para 2050 el número de personas con Alzheimer podría triplicarse, ejerciendo una gran presión sobre los sistemas de salud y las familias de los pacientes.

Ante la falta de una cura definitiva o de tratamientos que detengan por completo el curso de la enfermedad, resulta crítico investigar nuevas alternativas terapéuticas. Actualmente, la mayoría de los fármacos disponibles se enfocan en aliviar temporalmente los síntomas y retrasar la progresión, pero no son capaces de revertir las alteraciones cerebrales ya instaladas.

La sangre menstrual como fuente de células madre

La búsqueda de nuevas estrategias para combatir el Alzheimer ha conducido a los científicos a estudiar diversas fuentes de células madre. Entre ellas, la sangre menstrual emerge como un recurso prometedor y novedoso. Las células madre derivadas de la sangre menstrual (MenSCs) poseen características similares a otros tipos de células madre mesenquimales, pero con la ventaja de que pueden obtenerse de manera no invasiva y sin generar controversias éticas.

Las MenSCs presentan un alto poder de proliferación y diferenciación, lo que las convierte en candidatas óptimas para terapias celulares. Además, su obtención a partir de la sangre menstrual elimina la necesidad de procedimientos quirúrgicos como la extracción de médula ósea, facilitando la disponibilidad de estas células en mayor escala. Este aspecto, unido a su relativa facilidad de expansión en el laboratorio, indica el gran potencial de las MenSCs en medicina regenerativa.

Hallazgos del estudio: mecanismos de acción de las MenSCs

De acuerdo con la investigación publicada en la revista Frontiers in Molecular Neuroscience, las MenSCs tienen la capacidad de frenar los procesos neurodegenerativos típicos del Alzheimer. Los experimentos se llevaron a cabo en un modelo murino con una mutación que imita la fisiopatología humana de la enfermedad.

Reducción de placas beta-amiloides

Las placas beta-amiloides son conglomerados de péptidos llamados beta-amiloide (Aβ). Estas placas se acumulan en el cerebro de los pacientes con Alzheimer y desencadenan una cascada inflamatoria que agrava la degeneración neuronal. El estudio evidenció que, al trasplantar MenSCs en ratones transgénicos, la formación de placas beta-amiloides se redujo de manera notable.

Este efecto benéfico se asocia con la modulación de microglías, que son las células inmunitarias del sistema nervioso central. Cuando las MenSCs interactúan con las microglías, estas últimas se activan de forma que promueven la fagocitosis de los péptidos Aβ, disminuyendo así la cantidad de placas en el cerebro. Con el tiempo, esta acción conjunta podría conducir a una ralentización del deterioro cognitivo.

Disminución de la proteína tau hiperfosforilada

Otro elemento clave en la patología del Alzheimer es la acumulación de proteína tau hiperfosforilada, la cual forma los llamados ovillos neurofibrilares. Estos ovillos contribuyen al daño neuronal y a la pérdida de sinapsis. La investigación demostró que las MenSCs también son capaces de disminuir la hiperfosforilación de tau, posiblemente regulando la actividad de ciertas quinasas asociadas a este proceso.

Al actuar sobre dos frentes esenciales de la enfermedad —la reducción de placas beta-amiloides y la disminución de la proteína tau hiperfosforilada— las MenSCs se perfilan como agentes terapéuticos muy valiosos. Su efecto dual brinda una protección importante a las neuronas, reduciendo al mismo tiempo la inflamación y los daños que aceleran el deterioro cognitivo.

Beneficios adicionales y potencial impacto

Además de atacar los marcadores principales del Alzheimer, las MenSCs podrían ejercer efectos neuroprotectores al disminuir la inflamación crónica del cerebro. Este estado inflamatorio continuo se considera un agravante de la enfermedad, ya que las sustancias proinflamatorias contribuyen al daño de las neuronas y a la propagación de la patología.

Gracias a sus propiedades inmunomoduladoras, estas células promueven la liberación de factores que favorecen la regeneración neuronal y la homeostasis del tejido cerebral. Aunque aún se requieren ensayos clínicos en humanos para confirmar su eficacia y seguridad, los resultados preliminares en modelos animales sugieren que estamos ante una vía terapéutica prometedora.

De confirmarse en humanos, el impacto de esta terapia podría ser enorme, abriendo la puerta a tratamientos más accesibles y eficientes para un gran número de pacientes. La disponibilidad de sangre menstrual como fuente de células madre ofrece la posibilidad de obtener grandes cantidades de MenSCs, lo que facilitaría la escalabilidad de cualquier protocolo terapéutico basado en estas células.

Conclusión

En conclusión, la sangre menstrual ofrece una fuente alternativa de células madre, las MenSCs, que ha demostrado un prometedor potencial para frenar la progresión del Alzheimer. Gracias a sus propiedades para reducir la formación de placas beta-amiloides y controlar la hiperfosforilación de la proteína tau, se perfila como una herramienta terapéutica de gran valor.

Los resultados iniciales obtenidos en modelos animales suponen un paso trascendental en el desarrollo de terapias innovadoras y accesibles. Si las investigaciones futuras confirman estos hallazgos en pacientes humanos, la sangre menstrual podría convertirse en un recurso clave en la lucha contra el Alzheimer, ofreciendo esperanza y mejor calidad de vida a millones de personas afectadas por esta devastadora enfermedad.