En una de las fotos se leía Navidad, 1995, escrito con pluma azul. ¿Hay algo más?…

En 1995 en Guadalajara, una familia desapareció en Nochebuena. 14 años después, un panadero haya. El martillo golpeó contra la tierra endurecida del patio trasero de la panadería San José, en el barrio de Santa Tere, Guadalajara. Miguel Ramírez Ortega sudaba bajo el sol matutino de marzo de 2009

mientras cababa los cimientos para el nuevo horno de pan.
Llevaba 15 años trabajando en ese local, pero nunca había hecho excavaciones tan profundas. A metro y medio de profundidad, el pico chocó contra algo metálico. Miguel limpió la tierra con las manos y descubrió una caja de metal oxidada del tamaño de un libro grande. La sacó con cuidado y la llevó

al interior de la panadería. Su jefe, don Aurelio Sandoval Pérez, examinó el hallazgo. La caja tenía un candado roto por el tiempo.
Al abrirla encontraron documentos envueltos en plástico, fotografías familiares y una identificación oficial. “Mire, don Aurelio”, dijo Miguel señalando la credencial. Roberto Medina Vázquez dice que vivía en la colonia americana. Don Aurelio tomó las fotografías. Mostraban a una familia feliz, un

hombre moreno de bigote, una mujer de cabello negro y rizado, una niña de aproximadamente 9 años y un niño pequeño de unos 6 años.
En una de las fotos se leía Navidad, 1995, escrito con pluma azul. ¿Hay algo más? murmuró Miguel sacando un sobre amarillento. Contenía recibos de hotel del 23 de diciembre de 1995, facturas de gasolina de la misma fecha y una nota manuscrita que decía, “Si algo me pasa, busquen al comisario

Delgado. Él sabe la verdad sobre el negocio de los terrenos.” Don Aurelio frunció el seño

Recordaba vagamente el nombre de Delgado. Arturo Delgado Montenegro había sido comisario de la policía municipal de Guadalajara a mediados de los 90. ¿Cree que deberíamos reportar esto?, preguntó Miguel. Por supuesto. Esta gente podría seguir viva buscando estos documentos.

 

Una hora después, en las oficinas de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Jalisco, el detective Fernando Gutiérrez Morales recibió el reporte. Era un hombre de 40 años, veterano de múltiples investigaciones de personas desaparecidas. ¿Cuándo encontraron esta caja?, preguntó Gutiérrez a

Miguel. Esta mañana, detective, estaba enterrada en el patio de la panadería. Mi jefe dice que esa propiedad la compró en 1998.
3 años después de la fecha de estos documentos, Fernando examinó los papeles. Los recibos del hotel colonial mostraban que Roberto Medina Vázquez había pagado una habitación el 23 de diciembre de 1995. Las facturas de gasolina indicaban un recorrido desde Guadalajara hacia el sur por la carretera

Federal 80. ¿Conocen a esta familia?, preguntó el detective.
No, señor, nunca habíamos visto estas caras”, respondió don Aurelio. Fernando revisó los archivos computarizados de personas desaparecidas. En el sistema encontró el reporte fechado el 27 de diciembre de 1995, familia Medina Flores, reportada como desaparecida por Enrique Medina Sánchez, hermano del

jefe de familia.
El reporte indicaba que Roberto Medina Vázquez, de 36 años, su esposa Carmen Flores Herrera, de 32, y sus hijos Lucía, de 9 años y Alejandro de 6, habían salido de su casa en la colonia americana la noche del 24 de diciembre de 1995 para visitar familiares en Colima. Nunca llegaron a su destino.

 

 

“Necesito hablar con este hermano Enrique Medina”, murmuró Fernando.
El archivo contenía una dirección actualizada en la colonia del Valle. Fernando marcó el teléfono listado. “Señor Enrique Medina Sánchez.” “Sí, soy yo. Soy el detective Gutiérrez de la PGJ. Tenemos nueva información sobre el caso de su hermano Roberto y su familia.” El silencio se extendió por

varios segundos antes de que Enrique respondiera con voz temblorosa. Los encontraron. Necesito que venga a nuestras oficinas.
Hemos hallado algunos documentos que podrían ser importantes. Dos horas más tarde, Enrique Medina Sánchez, ahora de 42 años, identificó positivamente las fotografías y documentos. Era un hombre delgado con el mismo bigote que su hermano, pero con canas prematuras que evidenciaban años de

 

 

preocupación. “Esa es mi familia”, confirmó con lágrimas en los ojos.
Roberto, Carmen, Lucía y Alejandro, ¿dónde encontraron esto? Fernando le explicó las circunstancias del hallazgo. Enrique examinó la nota manuscrita sobre el comisario Delgado. Mi hermano nunca mencionó problemas con la policía.
Trabajaba como contador en una empresa constructora inmobiliaria Tapatía, SA DCB. Recuerda los detalles de la desaparición. Como si fuera ayer, respondió Enrique. Roberto me llamó el 23 de diciembre. Dijo que él y Carmen habían decidido pasar la Navidad en Colima con los padres de ella. Los niños

estaban emocionados por el viaje. Salieron la noche del 24 después de la cena de Nochebuena.
¿Qué pasó cuando no llegaron a Colima? Los suegros de Roberto llamaron el 25 de diciembre preguntando dónde estaban. Yo fui a su casa el 26. Todo estaba normal, como si hubieran salido para un viaje corto. La ropa de los niños seguía en sus cuartos. Solo faltaba una maleta pequeña. Fernando tomó

 

 

notas detalladas, reportó la desaparición inmediatamente.
El 27 de diciembre, el oficial que me atendió dijo que probablemente habían decidido extender sus vacaciones. Me pidió esperar 72 horas más. ¿Quién investigó el caso originalmente? Enrique consultó una carpeta amarillenta que había traído. El comisario Arturo Delgado Montenegro revisó la ruta hacia

Colima. habló con algunas personas, pero nunca encontró nada.
Después de tr meses me dijo que probablemente habían tenido un accidente en algún camino rural y que los cuerpos aparecerían eventualmente. ¿Usted creyó esa explicación? Al principio sí, pero con los años comencé a tener dudas. Roberto era muy cuidadoso conduciendo, especialmente con los niños, y

 

 

nunca entendí por qué no apareció el carro.
Fernando revisó el expediente original. El vehículo de Roberto era un Tsuru azul modelo 1993, placas JDS45882. Nunca fue localizado. Señor Medina, necesito que me proporcione toda la información que tenga sobre el trabajo de su hermano en esa época. Roberto llevaba 2 años trabajando en inmobiliaria

tapatía.
Manejaba las cuentas de varios desarrollos habitacionales en la zona metropolitana. ganaba bien. Tenían planes de comprar una casa más grande. Mencionó algún problema en el trabajo. Una vez como en noviembre de 1995 me dijo que había encontrado algunas irregularidades en los libros de la empresa.

 

 

Facturas duplicadas, pagos a proveedores que no existían. Le preocupaba porque pensaba que alguien estaba robando dinero.
Fernando se irguió en su asiento. Le dijo quién podría estar involucrado. No específicamente, solo mencionó que iba a hablar con el dueño de la empresa, el señor Alejandro Castilla Mendoza. Habló con Castilla sobre estos problemas. No lo sé. Fue la última vez que conversamos sobre el trabajo.

Después llegó diciembre y todo cambió.
El detective cerró su libreta. Vamos a reabrir oficialmente este caso. Necesito que me traiga todo lo que tenga relacionado con su hermano. Cartas, documentos, fotografías adicionales. Detective, dijo Enrique levantándose, ¿cree que realmente hay esperanza de encontrar la verdad después de tanto

 

 

tiempo? Señor Medina, estos documentos estaban enterrados por una razón. Alguien quería esconder evidencia.
Eso me dice que hay algo que investigar. Cuando Enrique se marchó, Fernando llamó a su supervisor, el comandante Luis Herrera Guzmán. Comandante, necesito reabrir un caso de 1995, familia desaparecida, posible homicidio múltiple. ¿Qué nueva evidencia tienes? Fernando explicó el hallazgo de la caja

y su contenido.
Hay una conexión con el excomisario Delgado y posibles irregularidades financieras. Delgado se retiró en 2001. Vive en Puerto Vallarta. Ten cuidado, Fernando. Ese hombre tenía muchas conexiones políticas. ¿Cree que está involucrado? No lo sé, pero si lo está, no va a confesar fácilmente. Necesitas

evidencia sólida antes de acusarlo de algo. Fernando colgó el teléfono y se dirigió a los archivos.
Pasó el resto del día revisando reportes policiales de diciembre de 1995 y enero de 1996. encontró registros de varios accidentes automovilísticos en las carreteras hacia Colima, pero ninguno involucraba a un zuru azul o a la familia Medina Flores. Al final del día había elaborado una lista de

personas para entrevistar.
Alejandro Castilla Mendoza, dueño de inmobiliaria Tapatía, los padres de Carmen Flores en Colima, vecinos de la familia y eventualmente el excomisario Arturo Delgado Montenegro. Mientras organizaba los documentos, Fernando notó un detalle en los recibos del hotel colonial. Roberto había pagado por

dos noches, del 23 al 25 de diciembre, pero según su hermano, la familia había salido el 24 por la noche.
¿Por qué habría reservado una habitación de hotel en Guadalajara si pensaba ir a Colima? Esta discrepancia sería el primer hilo que Fernando tiraría para desenredar 14 años de mentiras y encubrimiento. La mañana siguiente, Fernando Gutiérrez se dirigió a las oficinas de inmobiliaria Tapatía en la

avenida López Mateos. La empresa había crecido considerablemente desde 1995, ocupando ahora un edificio de cuatro pisos con fachada de cristal.
La recepcionista, una joven de unos 25 años, lo dirigió al despacho del director general, Alejandro Castilla Mendoza. Tenía ahora 62 años, cabello completamente gris y un traje azul marino impecable. Detective Gutiérrez, ¿en qué puedo ayudarle? Estoy investigando la desaparición de Roberto Medina

Vázquez, quien trabajaba aquí en 1995. Castilla frunció el seño.
Roberto, sí, lo recuerdo. Un contador muy competente. Su desaparición fue una tragedia terrible. ¿Puede contarme sobre su relación laboral con él? Roberto manejaba las cuentas de varios proyectos. Era responsable, puntual, tenía buen ojo para los números. Su pérdida afectó mucho la operación de la

empresa. Fernando consultó su libreta.
Su hermano menciona que Roberto había encontrado irregularidades financieras en los libros de la empresa. La expresión de Castilla cambió sutilmente. Irregularidades. No recuerdo que Roberto mencionara algo así. ¿Está seguro? Supuestamente había facturas duplicadas, pagos a proveedores inexistentes.

Detective, manejamos docenas de proyectos simultáneamente.
Es posible que Roberto tuviera preguntas sobre ciertos procedimientos, pero nada que yo calificaría como irregularidades graves. Fernando notó la defensividad en su voz. Conserva registros financieros de esa época. Por supuesto, la ley nos obliga a mantener archivos contables por 10 años mínimo.

¿Necesita revisar algo específico? Me gustaría examinar los proyectos que Roberto supervisaba en los últimos meses de 1995. Castilla llamó a su asistente y solicitó los archivos correspondientes. Mientras esperaban, Fernando observó las fotografías en las paredes del despacho. Mostraban a Castilla

con varios funcionarios públicos y políticos. locales, incluyendo una foto de 1996, donde aparecía estrechando la mano del entonces alcalde de Guadalajara.
“Veo que mantenía buenas relaciones con las autoridades locales”, comentó Fernando. El negocio inmobiliario requiere coordinación constante con el gobierno municipal, permisos de construcción, licencias, reglamentos de sonificación. La asistente trajo tres cajas de archivo. Fernando las revisó

rápidamente.
Los documentos mostraban tres desarrollos habitacionales: Villas del Sol en Tlajomulco, Residencial Los Pinos en Zapopan y fraccionamiento Santa Fe en Tonalá. ¿Puede explicarme el proceso que Roberto seguía para autorizar pagos? Él revisaba las facturas, verificaba que los servicios hubieran sido

proporcionados y preparaba las órdenes de pago para mi firma. Fernando encontró algo interesante en los archivos de Villas del Sol.
Había múltiples pagos a una empresa llamada constructora del Valle SADB por cantidades considerables. 150,000 pesos en octubre, 200,000 en noviembre, 180,000 en diciembre de 1995. ¿Qué tipo de trabajo realizaba Constructora del Valle? Castilla consultó un expediente.

Movimientos de tierra, nivelación de terrenos, instalación de servicios básicos. Conoce personalmente a los dueños de esa empresa. Trabajamos con muchos contratistas. No puedo recordar a todos. Fernando notó que Castilla evitaba el contacto visual. ¿Podría proporcionarme la información de contacto

de constructora del Valle? Mi asistente puede buscarle esa información. Mientras la asistente preparaba los datos, Fernando continuó revisando archivos.
En el expediente de residencial Los Pinos encontró pagos similares a otra empresa, Servicios Industriales, Guadalajara, CADCB. ¿Qué servicios proporcionaba esta segunda empresa? Instalaciones eléctricas y plomería principalmente. También los conoce personalmente. Como le dije, trabajamos con muchos

proveedores.
Fernando tomó fotografías de los documentos más relevantes. Señor Castilla, ¿recuerdas si Roberto le mencionó algún problema específico con estos contratistas? No, que yo recuerde. ¿Qué me puede decir sobre la investigación policial de su desaparición? El comisario delgado vino aquí varias veces,

revisó los archivos de personal, habló con algunos empleados, parecía muy profesional en su investigación.
¿Cuántas veces vino Delgado? Castilla pensó un momento, al menos tres o cuatro veces en enero y febrero de 1996. ¿Qué tipo de preguntas le hizo sobre la rutina de trabajo de Roberto? ¿Sus responsabilidades? si había mencionado planes de viaje, preguntas normales para un caso de persona

desaparecida. Fernando cerró su libreta. Una pregunta más.
Roberto tenía acceso a información financiera sensible sobre la empresa. Por suposición, sí. Conocía nuestros costos, márgenes de ganancia, relaciones con proveedores. Pero todos nuestros empleados firman acuerdos de confidencialidad. ¿Alguna vez consideró que Roberto pudiera estar involucrado en

algún tipo de fraude? Castilla se irguió.
Detective, Roberto era un hombre honesto. Si hubiera encontrado irregularidades, habría venido directamente a hablar conmigo. Pero usted dice que nunca le reportó ningún problema. Exacto. Lo que sugiere que no había problemas para reportar. Fernando se despidió y se dirigió a su siguiente parada,

la casa donde había vivido la familia Medina Flores en la colonia americana.
La propiedad era una casa de dos pisos con un pequeño jardín frontal. Los actuales habitantes, una familia joven, le permitieron revisarla brevemente. ¿Cuándo compraron esta casa?, preguntó Fernando. En 1997, respondió el propietario actual. La compramos a través de un banco. Aparentemente había

estado en embargo por 2 años.
¿Sabe por qué quedó en embargo? Los pagos de la hipoteca se dejaron de hacer después de que los dueños desaparecieron. El banco esperó un tiempo prudente antes de ejecutar la garantía. Fernando inspeccionó la casa. Era modesta, pero bien mantenida, con tres recámaras y dos baños. En el patio

trasero encontró evidencia de que alguien había plantado un pequeño huerto. De regreso a la oficina, Fernando revisó la información proporcionada por la asistente de Castilla, constructora del Valle SA de CB.
tenía registrada una dirección en la colonia industrial, pero cuando llamó al teléfono listado, una grabación decía que el número estaba desconectado. Servicios Industriales Guadalajara SCB tenía una situación similar. La dirección correspondía a un lote valdío y no había registro telefónico

actual. “Interesante”, murmuró Fernando. Ambas empresas parecían haber desaparecido después de 1996.
Esa tarde Fernando recibió una llamada de Enrique Medina. Detective, encontré algo en las pertenencias de mi hermano que guardé todos estos años. ¿Qué encontró? Una agenda de trabajo de 1995. Tiene anotaciones sobre reuniones, citas, números telefónicos. ¿Puede traerme la mañana? Por supuesto.

También encontré una carta que Roberto le escribió a Carmen en octubre de 1995.
habla sobre algunos problemas en el trabajo. Fernando sintió un aumento de adrenalina. “¿Puede leerme esa carta por teléfono?” Dice, “Mi amor, las cosas en la oficina se están complicando. Creo que Castilla está metido en algo turbio con esos contratistas. He encontrado pagos por trabajos que nunca

se realizaron. No sé qué hacer.
Si reporto esto, podría perder mi trabajo, pero si no lo hago, seré cómplice de un fraude. Necesito consejos sobre cómo proceder. ¿Hay más? Sí. Dice, “He estado documentando todo discretamente. Si algo me llega a pasar, busca los documentos que escondí en la casa. Carmen, te amo y siempre haré lo

correcto por nuestra familia.” Fernando sintió que las piezas comenzaban a encajar.
Enrique, su hermano, mencionó donde había escondido esos documentos en la casa. No específicamente, pero Carmen le respondió esa carta. En su respuesta, dice que Roberto le había enseñado un lugar secreto en el sótano donde guardaría copias de todo. La casa tenía sótano? Sí, un pequeño espacio bajo

las escaleras que Roberto había convertido en oficina. Fernando consultó sus notas.
Los actuales propietarios no habían mencionado ningún sótano ni espacio bajo las escaleras. Enrique, necesito que me acompañe mañana a visitar de nuevo esa casa. Quiero revisar ese sótano. Detective, ¿cree que los documentos todavía están ahí? No lo sé, pero si están, podrían explicar por qué su

hermano enterró una caja con evidencia en el patio de una panadería.
Fernando pasó el resto de la noche investigando en internet sobre constructora del Valle y Servicios Industriales Guadalajara. Encontró referencias en archivos periodísticos de 1996 sobre una investigación de la Secretaría de Hacienda relacionada con empresas fantasma en Jalisco. Ambas compañías

aparecían mencionadas como parte de una red de facturación falsa que había defraudado al gobierno estatal por varios millones de pesos.
La investigación había sido suspendida abruptamente en marzo de 1996 sin explicación pública. Fernando también buscó información sobre el excomisario Arturo Delgado Montenegro. Había servido en la Policía Municipal de Guadalajara por 15 años, retirándose en 2001 con una pensión completa. Según

registros públicos, había comprado una casa en Puerto Vallarta valorada en 2 millones de pesos, un precio considerablemente alto para el salario de un policía retirado.
Al día siguiente, Fernando tenía programadas entrevistas con vecinos de la familia Medina Flores y una visita al sótano de su antigua casa. Pero primero decidió hacer una llamada al Departamento de Hacienda del Estado para preguntar sobre la investigación de 1996. La respuesta que recibió lo dejó

intrigado. Todos los archivos relacionados con esa investigación habían sido extraviados durante una reorganización de la dependencia en 2002.
Fernando comenzó a sospechar que la desaparición de la familia Medina Flores no había sido un accidente, sino el resultado de haber descubierto algo que alguien muy poderoso quería mantener en secreto. A las 8 de la mañana, Fernando y Enrique se reunieron frente a la casa de la colonia americana.

Los propietarios actuales, Jorge y Patricia Ruiz Delgado, los recibieron con curiosidad y cierta preocupación.
¿Están seguros de que necesitan revisar el sótano?”, preguntó Jorge. “Nosotros nunca hemos usado ese espacio. Está lleno de cajas viejas y herramientas que dejaron los anteriores propietarios.” “Precisamente eso es lo que necesitamos verificar”, respondió Fernando. Enrique guió al grupo hacia la

escalera principal.
“Roberto convirtió este espacio en su oficina personal”, explicó señalando una pequeña puerta bajo los escalones. Al abrir la puerta encontraron un cuarto de aproximadamente 2 m². Efectivamente estaba lleno de cajas polvorientas, herramientas oxidadas y muebles rotos. “Nunca pensamos en limpiar

aquí”, admitió Patricia. Parecía solo basura acumulada.
Fernando comenzó a revisar las cajas metódicamente. La mayoría contenían documentos antiguos sin relación con la familia Medina. Pero en la quinta caja encontró algo significativo, una carpeta manila marcada con las iniciales Remb. Esta es la letra de Roberto, confirmó Enrique al ver la marca.

La carpeta contenía fotocopias de facturas, órdenes de pago y correspondencia comercial. Fernando revisó los documentos con creciente interés. eran copias de los pagos a constructora del Valle y Servicios Industriales Guadalajara, pero con anotaciones manuscritas de Roberto. En una factura de

constructora del Valle por 200,000 pesos, Roberto había escrito, “Verifiqué personalmente.
No se realizó trabajo alguno en Villas del Sol esta semana. AC aprobó pago de todas formas. Otra nota decía, constructora del Valle ONPA en misma dirección que oficinas de AD. Coincidencia. Fernando sintió que su pulso se aceleraba. Roberto conocía a alguien con las iniciales AD. Enrique pensó

cuidadosamente. No, que yo recuerde por qué.
Su hermano escribió que constructora del Valle tenía la misma dirección que las oficinas de ADE. Continuaron revisando los documentos. Roberto había documentado meticulosamente un patrón de pagos fraudulentos. Las empresas presentaban facturas por trabajos no realizados. Alejandro Castilla aprobaba

los pagos sin verificación y el dinero desaparecía.
En una hoja suelta, Roberto había calculado el total del fraude, aproximadamente 1.2 millones de pesos entre octubre y diciembre de 1995. “¿Hay algo más?”, dijo Fernando sacando un sobre cerrado del fondo de la carpeta. Contenía fotografías tomadas con teleobjetivo que mostraban a Alejandro

 

 

 

Castilla entregando sobres a un hombre en el estacionamiento de un restaurante. “¿Reconoce a esta persona?”, preguntó Fernando a Enrique.
“Nunca lo he visto.” Fernando estudió cuidadosamente las fotografías. El hombre que recibía los sobres alto, de complexión robusta, con bigote gris. Vestía uniforme policial. En la parte posterior de una fotografía, Roberto había escrito: “Hace entregando pagos a AD, 15 diciembre 1995, Restaurant El

portal.
AD”, murmuró Fernando. Arturo Delgado, el comisario que investigó la desaparición, el mismo. Su hermano, descubrió que Castilla estaba pagando sobornos al oficial encargado de supervisar los permisos de construcción. Fernando fotografió todos los documentos con su cámara digital. El patrón era

claro.
Castilla creaba empresas fantasma, aprobaba pagos ficticios y compartía las ganancias con Delgado a cambio de protección y facilitación de permisos. Enrique, su hermano le mencionó alguna vez que planeaba confrontar a Castilla sobre esto. En la última carta, a Carmen mencionó que había decidido

hablar con el dueño de la empresa, pero eso fue a principios de diciembre y la familia desapareció el 24 de diciembre. Exacto. Tres semanas después.
Fernando cerró la carpeta. El cronología comenzaba a tener sentido. Roberto descubre el fraude en noviembre, documenta evidencia en diciembre y desaparece justo antes de Navidad. Necesito hablar con los vecinos que vivían aquí en 1995, dijo Fernando. Los ruis les proporcionaron los nombres de

varios vecinos de larga data.
La primera parada fue la casa de doña Rosa Jiménez Castillo, una mujer de 70 años que vivía tres casas hacia el norte. Claro que recuerdo a los Medina”, dijo doña Rosa sirviéndoles café en su sala. Eran una familia muy unida. Los niños jugaban en la calle. Carmen era muy amable. Recuerda la última

vez que los vio. Fue el 23 de diciembre de 1995. Roberto llegó a casa como a las 6 de la tarde, pero se veía muy preocupado.
No era normal en él. Habló con él. Lo saludé cuando bajaba del carro. me dijo, “Buenas tardes, doña Rosa.” Pero normalmente se quedaba a platicar unos minutos. Ese día entró directamente a su casa. Vio algo más esa noche. Doña Rosa frunció el ceño concentrándose en el recuerdo. Como a las 9 de la

noche llegaron dos carros a su casa.
Uno era del Roberto, pero el otro no lo había visto antes. ¿Puede describir el segundo carro? Era grande, negro, como los que usan los funcionarios de gobierno. Se bajaron dos hombres. Pero no pude ver sus caras porque estaba oscuro. Fernando intercambió miradas con Enrique. Cuánto tiempo

estuvieron los visitantes. Como una hora.
Cuando se fueron, la casa de los Medinas se quedó con todas las luces encendidas hasta muy tarde. Los vio salir el 24 de diciembre. Sí, pero fue extraño. Normalmente, cuando se iban de viaje, Roberto cargaba las maletas en su carro y Carmen organizaba a los niños. Ese día salieron caminando como a

las 8 de la noche. Caminando. Sí.
Roberto llevaba una maleta pequeña. Carmen tenía a Alejandro de la mano y Lucía caminaba al lado. No llevaron más equipaje. Vio hacia dónde se dirigieron. Caminaron hacia el norte, hacia la avenida principal. Pensé que tal vez habían llamado un taxi. Fernando tomó notas detalladas.

Esta información contradecía la versión original de que la familia había salido en su propio carro. Doña Rosa, el carro de Roberto se quedó en la casa. Sí, estuvo ahí hasta que vinieron a llevárselo como una semana después. ¿Quién se lo llevó? Unos hombres de un taller mecánico dijeron que lo iban

a revisar para la investigación policial. Fernando sintió otra pieza del rompecabezas encajando.
El carro nunca había salido de Guadalajara la noche de la desaparición. La siguiente entrevista fue con don Evaristo López Herrera, que había vivido enfrente de los Medina. Roberto era un hombre trabajador muy dedicado a su familia, recordó don Evaristo. Pero las últimas semanas antes de su

desaparición se veía muy tenso.
¿Mionó algún problema? Una tarde de diciembre estábamos platicando sobre nuestros trabajos y me dijo que había descubierto que su jefe estaba haciendo algo incorrecto. No me dio detalles, pero dijo que no sabía si reportarlo o no. ¿Qué le aconsejó? Le dije que siempre hay que hacer lo correcto, sin

importar las consecuencias. Parecía pensativo cuando se despidió.
¿Recuerda los visitantes del 23 de diciembre? Sí, llegaron como a las 9. Uno de ellos era un policía. Pude ver el uniforme cuando pasó bajo el farol de la calle. ¿Había visto antes a ese policía en el barrio? No, los policías normalmente no vienen por aquí a menos que alguien llame por algún

problema. Fernando continuó las entrevistas durante toda la mañana.
Los testimonios confirmaban un patrón. Roberto había estado preocupado las últimas semanas. Había recibido visitantes inusuales la noche del 23 y la familia había abandonado la casa a pie la noche del 24. Al regresar a la oficina, Fernando llamó al hotel colonial para verificar los registros de

Roberto Medina. “¿Puedo hablar con el gerente?”, preguntó.
Después de explicar su investigación, el gerente revisó los archivos históricos. Sí, tenemos el registro. Roberto Medina Vázquez se registró el 23 de diciembre de 1995, pagando por dos noches, pero nunca ocupó la habitación. ¿Cómo sabe eso? Las llaves nunca fueron devueltas y el personal de

limpieza reportó que la habitación no había sido usada.
Parecía que alguien había pagado solo para hacer una reserva. Fernando colgó el teléfono con una nueva teoría. Roberto había reservado el hotel como parte de un plan. Posiblemente esperaba esconder a su familia mientras decidía qué hacer con la evidencia del fraude, pero algo había salido

terriblemente mal.
Esa tarde, Fernando recibió una llamada inesperada. Detective Gutiérrez, soy Alejandro Castilla. Necesito hablar con usted urgentemente. ¿Sobre qué asunto? Sobre Roberto Medina. He recordado algunas cosas que podrían ser importantes para su investigación. Fernando acordó reunirse con Castilla en su

oficina a las 5 de la tarde. Cuando llegó, encontró al empresario notablemente nervioso.
Detective, después de nuestra conversación ayer, revisé más cuidadosamente los archivos de 1995. Encontré algo que había olvidado. Castilla le entregó una carpeta. Roberto me entregó esto el 22 de diciembre de 1995. dijo que había encontrado irregularidades en las cuentas y quería que las revisara.

Fernando abrió la carpeta.
Contenía copias de las mismas facturas que había encontrado en la casa, pero sin las anotaciones manuscritas de Roberto. ¿Qué hizo con esta información? Le dije que investigaría el asunto después de las fiestas navideñas. Roberto parecía muy preocupado. Dijo que no podía esperar tanto tiempo. ¿Por

qué no me mencionó esto ayer? Castilla bajó la mirada.
Porque después de que Roberto desapareció, decidí no hacer la investigación. Pensé que si había fraude sería mejor que no se supiera. No quería arruinar la reputación de la empresa. Descubrió si realmente había fraude. Sí, las empresas contratistas estaban presentando facturas falsas, pero para

cuando me di cuenta, ya era demasiado tarde para hacer algo. Fernando estudió la expresión de Castilla.
¿Quién controlaba esas empresas fantasma? No lo sé. Con certeza, pero sospecho que alguien con conexiones policiales. Los permisos siempre se aprobaban sin problemas, incluso cuando había irregularidades. Arturo Delgado. Castilla no respondió directamente. Detective, creo que Roberto descubrió algo

que puso en peligro a su familia.
Fernando guardó la carpeta. Señor Castilla, necesito que me diga todo lo que sabe sobre la relación entre usted y el excomisario Delgado. ¿Qué relación? Yo apenas conocí al comisario Delgado. Tengo fotografías que dicen lo contrario. La expresión de Castilla cambió dramáticamente. ¿Qué fotografías?

Fernando no respondió, pero su silencio fue suficiente confirmación.
Detective, dijo Castilla finalmente. Creo que necesito hablar con mi abogado antes de continuar esta conversación. Al día siguiente, Fernando decidió intensificar la investigación. Las evasivas de Castilla confirmaban que había más personas involucradas en el esquema fraudulento que había

descubierto Roberto Medina.
Su primera parada fue el archivo municipal para revisar los registros de permisos de construcción de los proyectos de inmobiliaria tapatía durante 1995. La funcionaria encargada, licenciada Mercedes Godíz Salazar le proporcionó acceso a los expedientes históricos. ¿Recuerda quién procesaba los

permisos de construcción en esa época?”, preguntó Fernando.
El Departamento de Obras Públicas tenía varios inspectores, pero los proyectos grandes normalmente los revisaba directamente el director del área. ¿Quién era el director en 1995? Mercedes consultó un directorio antiguo. Ingeniero Héctor Salamanca Rivera. Trabajó para el municipio por 12 años hasta

2003. Fernando anotó el nombre.
sabe dónde podría localizarlo actualmente creo que abrió su propia empresa consultora después de retirarse del gobierno. Los expedientes de los tres proyectos de Castilla mostraban un patrón interesante. Todos los permisos habían sido aprobados en tiempo récord sin las inspecciones detalladas que

normalmente requiere la normativa municipal.
En el expediente de Villas del Sol, Fernando encontró una anomalía significativa. El permiso había sido modificado dos veces después de la aprobación inicial, permitiendo cambios sustanciales en el proyecto sin revisión adicional. ¿Es normal que se modifiquen permisos después de aprobados?,

preguntó a Mercedes. Es posible, pero requiere justificación técnica y supervisión adicional. Estos cambios parecen haber sido aprobados sin el proceso normal.
Fernando fotografió los documentos relevantes y se dirigió a buscar al ingeniero Salamanca. Encontró su empresa consultores en desarrollo urbano en un pequeño edificio de la zona centro. Héctor Salamanca Rivera tenía ahora 58 años, complexión robusta y una calvicie incipiente.

Su oficina era modesta, con diplomas y certificados colgados en las paredes. ¿En qué puedo ayudarle, detective? Estoy investigando la desaparición de una familia en 1995. El caso involucra posibles irregularidades en permisos de construcción que usted supervisaba. Salamanca se puso visiblemente

nervioso. ¿Qué tipo de irregularidades? Proyectos de inmobiliaria tapatía, específicamente permisos aprobados sin las inspecciones requeridas. Detective.
Procesábamos cientos de solicitudes cada año. Es difícil recordar casos específicos. Después de tanto tiempo, Fernando le mostró copias de los expedientes. Estos tres proyectos fueron aprobados en tiempo récord con modificaciones posteriores que normalmente requerían revisión adicional. Salamanca

examinó los documentos.
Estos permisos parecen estar en orden. No veo irregularidades evidentes. Conocía personalmente a Alejandro Castilla. Claro, era uno de los desarrolladores más activos de la ciudad. Y al comisario Arturo Delgado, Salamanca dudó antes de responder. Conocía al comisario profesionalmente. A veces

coordinábamos temas de seguridad en las obras de construcción.
Alguna vez se reunieron fuera del ámbito profesional. Detective, ¿qué está sugiriendo? Exactamente. Fernando decidió presionar más. Tengo evidencia de que existía un esquema de corrupción que involucraba pagos fraudulentos a empresas fantasma. Roberto Medina descubrió este esquema y desapareció

tres días después de reportarlo. Eso son acusaciones muy graves.
Ingeniero Salamanca, ¿puedo hacer esta investigación por las buenas o por las malas? Si usted tiene información que pueda ayudar a resolver la desaparición de una familia completa, incluyendo dos niños pequeños, le sugiero que coopere. Salamanca se quedó en silencio por varios minutos. Finalmente

habló con voz temblorosa. Detective, lo que voy a decirle podría arruinar mi reputación y poner en riesgo a mi familia.
Su información será tratada confidencialmente mientras sea posible. Había presión para aprobar ciertos proyectos rápidamente. El comisario delgado visitaba mi oficina regularmente, siempre preguntando sobre el estatus de los permisos de Castilla. ¿Qué tipo de presión? Me explicaba que estos

proyectos eran importantes para el desarrollo económico de la ciudad, que debían tener prioridad sobre otros.
Le ofreció dinero por agilizar los permisos. Salamanca bajó la cabeza. No directamente, pero empecé a recibir bonos adicionales en mi salario, supuestamente por buen desempeño. Sabía de dónde venía ese dinero extra, cuánto dinero recibió. Entre 1994 y 1996, aproximadamente 200,000 pesos en bonos

irregulares.
Fernando sintió que finalmente estaba llegando al núcleo de la conspiración. Sabía que las empresas contratistas de Castilla eran fantasma. Lo sospechaba. Nunca vi equipos de trabajo en los sitios donde supuestamente estaban realizando servicios. ¿Por qué no reportó estas irregularidades?

Detective, usted no entiende cómo funcionaba el sistema en esa época. El comisario Delgado tenía conexiones muy altas en el gobierno.
Reportar algo contra él habría terminado mi carrera o algo peor. Conocía a Roberto Medina, no personalmente, pero sabía que era el contador de Castilla. En diciembre de 1995, Delgado mencionó que había un problema con alguien en inmobiliaria tapatía, que estaba haciendo preguntas inconvenientes.

Fernando se irguió en su asiento.
recuerda exactamente qué dijo Delgado. Dijo algo como, “Hay un contador metiche que está revisando facturas que no debe revisar. Necesitamos que entienda que debe concentrarse en su trabajo y no hacer preguntas. ¿Cuándo fue esa conversación? Como el 20 de diciembre de 1995. ¿Qué pasó después?

Salamanca se veía cada vez más incómodo.
Delgado me pidió que revisara qué permisos había procesado yo, que pudieran verse comprometidos si alguien investigaba las facturas de los contratistas. ¿Y qué encontró? Todos los proyectos de Castilla tenían irregularidades. Permisos aprobados sin inspección, modificaciones no autorizadas, pagos a

empresas que no habían hecho trabajo verificable. Fernando consultó su libreta.
Delgado le pidió que hiciera algo específico con esos archivos. Me pidió que reorganizara los expedientes para que pareciera que todo había sido procesado correctamente. Alteró documentos oficiales. Sí, admitió Salamanca con vergüenza. Agregué reportes de inspección falsos, fechas alteradas, firmas

forjadas, todo para crear la apariencia de legalidad.
¿Cuándo hizo estas alteraciones? Entre el 26 y 30 de diciembre de 1995, Fernando notó la fecha, dos días después de que desapareciera la familia Medina. Exacto. Delgado dijo que era urgente porque había una situación que requería que todo estuviera en orden. Le explicó qué tipo de situación.

No específicamente, pero mencionó que había habido un malentendido con el contador de Castilla y que el asunto ya estaba resuelto. Fernando sintió un escalofrío. Interpretó usted que Roberto había sido silenciado, Detective, yo no quería entender las implicaciones, solo quería conservar mi trabajo

y mantener a mi familia segura. Hay otras personas que participaron en este esquema.
Salamanca pensó cuidadosamente. Había al menos dos oficiales más en la policía que trabajaban con Delgado. Tenían acceso a información sobre investigaciones comerciales y les avisaban a Castilla si alguien estaba investigando sus operaciones. ¿Recuerdas sus nombres? Comandante Ramiro Estrada Guzmán

y capitán José Luis Moreno Vega. Fernando anotó los nombres.
Siguen trabajando en la policía. Estrada se retiró en 2004. Moreno fue transferido a otra ciudad como en 2001. Ingeniero Salamanca, necesito que me proporcione toda la documentación que tenga relacionada con estos proyectos, incluidos los documentos que alteró. Eso significa que será arrestado.

Eso dependerá de su nivel de cooperación y de la información que proporcione, pero le aseguro que enfrentará menos problemas legales como testigo cooperativo que como conspirador silencioso. Salamanca abrió un archivo y sacó una carpeta gruesa. Guardé copias de los documentos originales antes de

alterarlos. Supongo que sabía que algún día podría necesitarlos. Fernando revisó rápidamente los documentos.
mostraban claramente el patrón de corrupción, permisos aprobados sin inspección, pagos a empresas fantasma, modificaciones ilegales posteriores. Una pregunta más, ¿alguna vez escuchó a Delgado o sus asociados mencionar qué pasó específicamente con Roberto Medina y su familia? Salamanca guardó

silencio por un largo momento. Una vez, como en febrero de 1996, estaba esperando en la oficina de Delgado cuando llegó Estrada.
No sabían que yo estaba ahí. Escuché a Estrada decir algo como, “Los del sur confirmaron que el paquete fue entregado correctamente y que no habría más problemas. ¿Qué interpretó? ¿Que significaba eso? En ese momento no quise interpretarlo, pero ahora con lo que usted me está preguntando, Salamanca

se detuvo.
Ahora, ¿qué cree que significaba? Creo que Roberto y su familia fueron eliminados y que los cuerpos fueron llevados fuera de Jalisco. Fernando cerró su libreta. Tenía suficiente información para empezar a construir un caso sólido, pero necesitaba más evidencia física y testimonios adicionales.

Ingeniero, voy a necesitar que venga a la oficina mañana para hacer una declaración formal. También quiero que piense si hay alguna otra información que pueda ser relevante. Detective, ¿cree que mi familia estará segura después de esto? Haremos todo lo posible para protegerlo, pero entienda que

mantener el silencio sobre un homicidio múltiple no es una opción. Cuando Fernando regresó a su oficina, encontró un mensaje del comandante Herrera.
Fernando, necesito verte inmediatamente. En la oficina del comandante, Fernando encontró a un hombre que no conocía. Detective Gutiérrez. Le presento al agente especial Ricardo Domínguez Mata de la Procuraduría General de la República. Hay desarrollos nuevos en tu investigación. El agente Domínguez

habló con voz seria.
Detective, hemos estado monitoreando sus actividades porque esta investigación se conecta con un caso federal más amplio sobre corrupción policial y lavado de dinero en Jalisco. Fernando sintió una mezcla de alivio y preocupación. ¿Qué tipo de caso federal? Una investigación que comenzó en 2007

sobre redes de corrupción que operaban en los 90.
Su caso de la familia Medina es una pieza clave que nos faltaba. ¿Qué tan amplia es la red? Involucra al menos 12 funcionarios públicos, seis empresarios y múltiples homicidios para encubrir evidencia. Fernando realizó que la desaparición de la familia Medina era solo la punta del iceberg de una

conspiración mucho más grande.
El agente especial Domínguez extendió una carpeta sobre el escritorio del comandante Herrera. Detective Gutiérrez, lo que está viendo es el resultado de 2 años de investigación federal. Su caso ha proporcionado la conexión que necesitábamos. Fernando abrió la carpeta y encontró fotografías de

vigilancia, transcripciones de conversaciones telefónicas intervenidas y diagramas mostrando las conexiones entre múltiples personas. Han estado investigando a Delgado todo este tiempo. Arturo Delgado Montenegro es el nodo central de una red
de corrupción que operó entre 1993 y 2001. lavó aproximadamente 8 millones de pesos a través de empresas fantasma y proyectos inmobiliarios ficticios. Domínguez señaló una fotografía de Delgado saliendo de un banco en Puerto Vallarta. Desde su retiro ha mantenido un nivel de vida incompatible con

una pensión policial, casa de 2 millones de pesos, vehículos de lujo, viajes frecuentes al extranjero.
¿Por qué no lo han arrestado? Necesitábamos evidencia directa de los homicidios. Los delitos financieros tienen estatuto de limitaciones, pero el asesinato no. Fernando estudió los diagramas. ¿Cuántas personas han muerto para proteger esta red? Además de la familia Medina, hemos identificado al

menos tres casos más.
Un periodista que investigaba corrupción municipal en 1997, un auditor de Hacienda en 1999 y un testigo protegido en 2002. El comandante Herrera intervino. Fernando, necesitamos que continúes tu investigación, pero ahora como parte del operativo federal. Tendrás recursos adicionales y protección.

Protección. Domínguez asintió gravemente. Ayer interceptamos una conversación telefónica entre Delgado y un asociado.
Están preocupados por el resurgimiento del caso Medina. ¿Qué tipo de conversación? Delgado le dijo a alguien identificado como el ingeniero que había problemas con la investigación de Guadalajara y que necesitaba soluciones permanentes, como en el pasado. Fernando sintió un escalofrío. El ingeniero

podría ser Salamanca. Es posible. También podría ser Alejandro Castilla, quien tiene título de ingeniero civil.
Domínguez sacó otro documento. Esta es una transcripción parcial de la conversación. Delgado. El asunto de la panadería se complicó. Hay un detective haciendo las preguntas equivocadas. Voz no identificada. ¿Como qué preguntas Delgado? Sobre Roberto y la caja. Alguien está hablando. VZ no

identificada. ¿Quién podría saber de eso? Delgado.
El hermano nunca dejó de buscar y ahora tiene ayuda oficial. VZ no identificada, ¿necesitas que maneje la situación? Delgado. Todavía no, pero mantente preparado. Fernando leyó la transcripción dos veces. ¿Cuándo fue grabada esta conversación? Anoche, como a las 10 de la noche. ¿Qué medidas de

protección están implementando? Domínguez le entregó un teléfono celular.
Comunicación directa con nuestro centro de operaciones. También tendrás vigilancia discreta cuando salgas de la oficina. El comandante Herrera añadió, “Fernando, quiero que sepas que algunos de nuestros propios oficiales podrían estar comprometidos. No confíes información sensible a nadie más que a

nosotros dos. Sospechan de alguien específico aquí.
Estamos verificando las conexiones de varios oficiales que trabajaron con Delgado en los 90.” Domínguez cerró las carpetas. “Detective, necesitamos que acelere su investigación. Queremos arrestar a toda la red simultáneamente antes de que puedan destruir evidencia o eliminar testigos. ¿Cuánto

tiempo tengo? Una semana máximo. Después de eso, tendremos que proceder con la evidencia que tengamos.
Fernando regresó a su escritorio con la cabeza llena de información nueva. La magnitud de la conspiración era mucho mayor de lo que había imaginado. Decidió llamar a Enrique Medina para informarle sobre los desarrollos. Enrique, necesito que venga a la oficina. Hay noticias importantes sobre el

caso. Buenas o malas noticias.
Complicadas. Hemos descubierto que la desaparición de su hermano es parte de algo mucho más grande. Una hora después, Fernando explicó a Enrique la situación con la investigación federal. ¿Significa eso que realmente mataron a Roberto y su familia? Es la teoría más probable basada en la evidencia

que tenemos.
Enrique se quedó silencioso por varios minutos. Detective, durante años he esperado respuestas. Si necesita que haga algo para ayudar a capturar a los responsables, cuente conmigo. Hay algo que puede hacer. Necesito que contacte a otros familiares de Roberto y Carmen. Si los criminales se sienten

amenazados, podrían tratar de intimidar a la familia.
¿Cree que estamos en peligro? Es posible, pero ahora tenemos protección federal. Fernando le dio a Enrique el número del centro de operaciones. Cualquier cosa extraña, cualquier persona desconocida haciendo preguntas sobre usted o su familia, reporte inmediatamente. Esa tarde, Fernando decidió

visitar a Alejandro Castilla sin previo aviso.
Quería ver su reacción ante la información sobre la investigación federal. En las oficinas de inmobiliaria Tapatía, la recepcionista le informó que el señor Castilla había salido temprano y no regresaría hasta el lunes siguiente. Mencionó dónde iba. Dijo que tenía una emergencia familiar en Puerto

Vallarta. Fernando sintió alarma inmediata. Puerto Vallarta era donde vivía Arturo Delgado.
Llamó inmediatamente al centro de operaciones federal. Agente Domínguez. Alejandro Castilla acaba de viajar a Puerto Vallarta por una supuesta emergencia familiar. Eso no puede ser coincidencia. Vamos a interceptar las comunicaciones de Delgado inmediatamente.

¿Quiere que vaya a Puerto Vallarta? No, es demasiado peligroso. Nosotros mandaremos un equipo de vigilancia. Fernando colgó el teléfono sintiéndose frustrado. La investigación se estaba acelerando, pero él se sentía cada vez más al margen de los desarrollos importantes. Decidió concentrarse en los

aspectos que sí podía controlar.
Llamó al ingeniero Salamanca para programar su declaración formal. Detective, tengo que decirle algo importante, dijo Salamanca con voz nerviosa. Esta mañana recibí una llamada extraña. ¿Qué tipo de llamada? Alguien que no se identificó me preguntó si había hablado con la policía recientemente.

Cuando le dije que no sabía de qué hablaba, me dijo que era mejor que mantuviera la boca cerrada sobre asuntos del pasado.
Reconoció la voz, ¿no? Pero el hombre sabía detalles específicos sobre mi trabajo en el municipio en los 90. Fernando sintió que la red se estaba cerrando alrededor de los testigos. Ingeniero, necesito que venga a la oficina inmediatamente. Ya no es seguro que esté solo. Tan grave es la situación.

Muy grave.
Estamos descubriendo que estas personas han matado para proteger sus secretos. Salamanca llegó a la oficina una hora después, claramente nervioso. Fernando lo condujo a una sala de interrogatorio donde había equipos de grabación de video. Ingeniero, voy a tomarle una declaración formal. Esta

grabación será evidencia en un proceso judicial.
Durante las siguientes 2 horas, Salamanca proporcionó un testimonio detallado sobre el esquema de corrupción, incluyendo fechas específicas, cantidades de dinero y nombres de todas las personas involucradas. Una pregunta final, dijo Fernando. ¿Alguna vez vio físicamente a Roberto Medina? Solo una

vez. Fue el 21 de diciembre de 1995. Estaba en la oficina de Castilla cuando llegó Roberto. Se veía muy agitado.
Tenía una carpeta en las manos. Escuchó la conversación parcialmente. Roberto le decía a Castilla que había encontrado evidencia de que las empresas contratistas no existían realmente. Castilla trataba de calmarlo, diciéndole que probablemente había un malentendido. ¿Qué más escuchó? Roberto dijo

algo como, “Don Alejandro, esto es fraude y yo no puedo ser cómplice de esto. O usted lo reporta a las autoridades o lo haré yo.
” ¿Cómo respondió Castilla, le pidió a Roberto que le diera unos días para investigar la situación? Roberto parecía dudar, pero finalmente aceptó esperar hasta después de Navidad. Fernando apagó la grabadora. La declaración de Salamanca proporcionaba el contexto temporal exacto. Roberto había

confrontado a Castilla el 21 de diciembre, había dado un ultimátum y había desaparecido tres días después.
Cuando terminó la sesión, Fernando encontró un mensaje urgente de la gente Domínguez. Reunión de emergencia. Tenemos información crítica sobre el paradero de los cuerpos. Fernando se dirigió inmediatamente al centro de operaciones federal ubicado en un edificio gubernamental en el centro de

Guadalajara.
Domínguez lo esperaba con expresión grave. Detective, interceptamos otra conversación telefónica que cambia todo. ¿Qué escucharon? Delgado hablando con alguien sobre mover el sitio antes de que los perros lo encuentren. Sagemos que se refiere a los restos de la familia Medina. Fernando sintió que

el tiempo se agotaba rápidamente.
¿Tienen idea de dónde podrían estar los cuerpos? Basado en referencias geográficas en la conversación, creemos que están en un rancho cerca de Tequila, Jalisco. Mañana organizaremos un operativo de búsqueda. ¿Puedo participar? Sí, pero con protección completa. Estos criminales están desesperados y

la desesperación los hace extremadamente peligrosos. Esa noche, Fernando casi no pudo dormir.
Después de 14 años, finalmente estaban cerca de encontrar a la familia Medina y de hacer justicia, pero también sabía que los próximos días serían los más peligrosos de su carrera. A las 5 de la mañana, Fernando se reunió con el equipo federal en las afueras de Tequila, Jalisco. El operativo incluía

especialistas en antropología forense, equipos de detección de metales, perros entrenados para encontrar restos humanos y un contingente de protección de 12 agentes armados.
El agente Domínguez explicó el plan mientras revisaban mapas satelitales del área. La conversación interceptada mencionó un rancho llamado El Refugio, ubicado 15 km al norte de Tequila. La propiedad pertenece oficialmente a una empresa llamada Agropecuaria Los Altos SA, de CV. Fernando estudió las

imágenes aéreas. ¿Quién controla esa empresa? Aquí viene lo interesante.
El propietario registrado es Héctor Salamanca Rivera, el mismo Salamanca que me dio testimonio. Su hermano mayor, Rodrigo Salamanca Rivera. Héctor nunca mencionó que su familia tenía propiedades rurales. El Dr. Miguel Vázquez Herrera, antropólogo forense del equipo, señaló áreas específicas en las

fotografías. Basándome en los patrones de vegetación y cambios en el terreno visibles en imágenes satelitales históricas, hay al menos tres sitios donde pudo haberse removido tierra entre 1995 y 1996. Fernando sintió una mezcla de esperanza y aprensión. ¿Qué tan confiable es esta

técnica? En casos como este, aproximadamente 70% de precisión, pero combinada con los perros de búsqueda, la probabilidad aumenta a 90%. A las 7 de la mañana, el convoy de vehículos se dirigió hacia el rancho. Fernando notó que el paisaje era ideal para esconder evidencia, terreno accidentado,

vegetación densa y muy poca actividad humana.
El rancho El Refugio consistía en una casa principal de estilo rústico, varios edificios auxiliares y aproximadamente 50 haáreas de terreno semiárido. No había signos de actividad ganadera o agrícola reciente. ¿Hay alguien en la propiedad?, preguntó Fernando. Un agente que había hecho

reconocimiento previo respondió, “Hay un cuidador, pero salió temprano esta mañana.
Probablemente fue alertado de nuestra llegada.” El doctor Vázquez dirigió la búsqueda inicial con los perros. Los animales, un pastor alemán y un labrador especializado, comenzaron a recorrer sistemáticamente el terreno. Después de dos horas de búsqueda, el pastor alemán se detuvo en un área

ubicada detrás de la casa principal. El perro comenzó a escarvar y a emitir ladridos específicos que indicaban detección de restos humanos.
“Tenemos algo aquí”, anunció el drctor Vázquez. El equipo forense comenzó la excavación cuidadosa. A metro y medio de profundidad encontraron fragmentos de tela que parecían ser ropa. Fernando se acercó al sitio de excavación. ¿Pueden determinar cuánto tiempo llevan enterrados? Preliminarmente,

basándome en la descomposición de la tela y la formación mineral en el suelo, diría que entre 10 y 15 años, a medida que la excavación continuaba, encontraron más evidencia.
fragmentos de huesos, objetos personales y lo que parecían ser zapatos de niño. El doctor Vázquez trabajaba meticulosamente documentando cada hallazgo con fotografías y mediciones precisas. Detective, llamó uno de los técnicos. Encontramos algo que podría ser significativo. Fernando se acercó. El

técnico había descubierto una cadena de oro con un dije en forma de corazón.
¿Puede ser identificado? Tiene una inscripción para Carmen con amor Roberto. Navidad 1994. Fernando sintió un nudo en la garganta. Llamó inmediatamente a Enrique Medina. Enrique, necesito que venga al sitio donde estamos trabajando. Hemos encontrado evidencia que necesita identificar. Los

encontraron.
Todavía estamos excavando, pero hemos encontrado objetos personales que podrían pertenecer a su familia. Dos horas después, Enrique llegó al rancho acompañado por dos agentes de protección. Su rostro reflejaba una mezcla de esperanza y terror. Fernando le mostró la cadena con el dije, “¿Reconoce

esto?” Enrique tomó el objeto con manos temblorosas. “Es de Carmen. Roberto se la regaló para su primer aniversario de bodas.
Ella la usaba todos los días. ¿Estás seguro? Completamente. Yo ayudé a Roberto a escogerla en una joyería del centro. El Dr. Vázquez se acercó con una expresión seria. Detective, hemos encontrado restos de cuatro individuos, dos adultos y dos menores. La posición de los cuerpos sugiere que fueron

enterrados al mismo tiempo. Fernando sintió que finalmente tenían evidencia física del crimen.
Pueden determinar la causa de muerte. Todavía es prematuro, pero hay evidencia de trauma en varios de los huesos. Necesitaremos estudios más detallados en el laboratorio. El agente Domínguez se acercó con su teléfono satelital. Detective, tenemos desarrollos importantes.

Nuestro equipo de vigilancia en Puerto Vallarta reporta que Delgado y Castilla se reunieron esta mañana. Parecían muy agitados. ¿Qué estaban haciendo? Cargando documentos y objetos en vehículos. Creemos que están preparándose para huir. Fernando miró hacia la excavación donde continuaba el trabajo

forense. ¿Cuánto tiempo necesitan para completar la recuperación de evidencia? Al menos 6 horas más, respondió el Dr. Vázquez.
Domínguez consultó su reloj. Para entonces Delgado y Castilla podrían estar fuera del país. ¿Qué propone? Arrestar a Delgado inmediatamente, basándose en la evidencia que tenemos. El hallazgo de los cuerpos es suficiente para obtener órdenes de arresto por homicidio múltiple. Fernando estaba

dividido entre quedarse para supervisar la recuperación de evidencia y participar en el arresto de los principales sospechosos.
“Vaya usted a Puerto Vallarta”, le dijo a Domínguez. Yo me quedo aquí para asegurar que toda la evidencia sea documentada correctamente. ¿Estás seguro? Este es el momento que ha estado esperando. Mi responsabilidad es con la familia Medina. Quiero asegurarme de que tengamos toda la evidencia

posible para el juicio.
Domínguez asintió con respeto. Entendido. Mantendremos comunicación constante. Mientras el equipo federal partía hacia Puerto Vallarta, Fernando continuó supervisando la excavación. El trabajo forense reveló más detalles perturbadores sobre el crimen. El doctor Vázquez le mostró evidencia de que

las víctimas habían sido atadas antes de morir.
Las marcas en los huesos de las muñecas indican que usaron cuerdas o amarres similares. Todos estaban atados. Los cuatro individuos muestran las mismas marcas. Fernando documentó cada detalle en su libreta. La evidencia física estaba construyendo un caso sólido de homicidio premeditado y secuestro.

A media tarde encontraron algo que cambiaría completamente el caso. Una segunda fosa ubicada 30 m al norte de la primera.
Los perros de búsqueda habían detectado más restos humanos. ¿Cuántos cuerpos hay en total? Preguntó Fernando al Dr. Vázquez. En esta segunda fosa hay al menos dos individuos más adultos basándome en el tamaño de los huesos. Fernando realizó que no estaban investigando solo la muerte de la familia

Medina, sino un sitio de disposición de múltiples víctimas.
Doctor, ¿estos otros cuerpos tienen la misma antigüedad? Preliminarmente parecen ser de épocas diferentes, algunos más recientes, otros posiblemente más antiguos. Fernando llamó inmediatamente al centro de operaciones para reportar el hallazgo adicional. Necesitamos ampliar la investigación

forense. Este sitio fue usado para múltiples homicidios durante varios años. Mientras continuaba la excavación, Fernando recibió una llamada de Domínguez desde Puerto Vallarta.
Detective, tenemos buenas noticias y malas noticias. Deme primero las buenas. Arrestamos a Castilla. Lo encontramos en el aeropuerto tratando de abordar un vuelo a Miami y las malas. Delgado desapareció. Su casa está vacía, sus vehículos abandonados. Creemos que salió del país hace varias horas.

Fernando sintió frustración.
Castilla está cooperando. Pidió un abogado inmediatamente, pero su arresto en el aeropuerto con documentos falsos y $200,000 en efectivo va a ser difícil de explicar. ¿Qué tipo de documentos falsos? Pasaporte colombiano con nombre diferente. Identificaciones de ese país. Boletos a Bogotá con

conexión a destinos no extraditables.
Fernando comprendió que estaban tratando con criminales sofisticados que habían planeado rutas de escape por años. Agente Domínguez, tenemos evidencia de múltiples víctimas en este sitio. Necesitamos expandir la investigación a otros casos de personas desaparecidas en los 90. ¿Cuántas víctimas

adicionales? Al menos seis personas más, posiblemente ocho. Esto es más grande de lo que pensábamos.
Voy a solicitar recursos adicionales del nivel federal. Al final del día, el equipo forense había recuperado evidencia de ocho víctimas en total, incluyendo documentos personales que permitirían identificar a varias de ellas.
Fernando se quedó en el sitio hasta que el último resto fue cuidadosamente excavado y documentado. Sabía que este sería probablemente el caso más importante de su carrera y quería asegurar que cada detalle fuera manejado correctamente. Esa noche llamó a Enrique Medina para darle una actualización.

Enrique, hemos recuperado los restos de Roberto, Carmen, Lucía y Alejandro. Podrán finalmente darle sepultura. Al otro lado de la línea escuchó soyozos silenciosos.
Detective, después de 14 años, finalmente sabemos la verdad. Sí, pero ahora debemos asegurar que los responsables paguen por lo que hicieron. La mañana siguiente, Fernando se dirigió al Centro de Justicia Federal, donde Alejandro Castilla estaba detenido. El empresario había pasado la noche en una

celda de máxima seguridad y su arresto en el aeropuerto había sido la noticia principal en los medios locales.
El agente Domínguez lo esperaba con el expediente actualizado. Detective Castilla pidió hablar con nosotros esta mañana. Su abogado dice que está dispuesto a cooperar a cambio de consideraciones en la sentencia. ¿Qué tipo de cooperación? Información completa sobre la red de corrupción y el paradero

de Arturo Delgado.
Fernando revisó el expediente. La evidencia física encontrada en el rancho había sido procesada durante la noche por el laboratorio forense. ¿Qué nos dicen los análisis preliminares? Los restos de la familia Medina muestran evidencia de ejecución, impactos de proyectil en varios de los cráneos y

las otras víctimas, métodos similares. Parece que el rancho fue usado como sitio de ejecución y disposición por varios años.
La sala de interrogatorio estaba equipada con cámaras de video y sistemas de grabación de audio. Castilla entró acompañado de su abogado, un hombre mayor vestido con traje gris. Señores, dijo el abogado, mi cliente está dispuesto a proporcionar información completa sobre los eventos relacionados con

la desaparición de la familia Medina, a cambio de que se considere su cooperación al momento de la sentencia.
Fernando estudió a Castilla. El empresario había envejecido notablemente en las últimas 48 horas. Su rostro mostraba signos de falta de sueño y estrés extremo. Señor Castilla, ¿entiende que cualquier información que proporcione será verificada y contrastada con evidencia física? Sí, lo entiendo.

También entiende que está confesando su participación en homicidios múltiples. Castilla intercambió miradas con su abogado antes de responder. Entiendo las implicaciones legales. Fernando activó los equipos de grabación. Cuéntenos qué pasó con Roberto Medina y su familia. Castilla tomó un vaso de

agua y comenzó su relato. Roberto descubrió las irregularidades financieras en noviembre de 1995.
Al principio pensé que podía convencerlo de que eran errores administrativos normales, pero él no aceptó esa explicación. No, Roberto era muy meticuloso. Había documentado todo. Facturas falsas, pagos a empresas fantasma, sobornos a funcionarios públicos, cuando se dio cuenta de que no podía

controlar la situación.
El 21 de diciembre de 1995, Roberto vino a mi oficina con una carpeta llena de evidencia. Me dijo que iba a reportar todo a las autoridades estatales si yo no lo hacía primero. Fernando consultó sus notas. ¿Qué hizo después de esa confrontación? Llamé inmediatamente a Arturo Delgado. Le expliqué

que teníamos un problema serio. ¿Qué le dijo Delgado? Que él se encargaría de la situación.
Me pidió que mantuviera calmado a Roberto por unos días más. ¿Cómo planeaba encargarse Delgado? Castilla bajó la mirada. Al principio pensé que iba a ofrecerle dinero a Roberto para que se quedara callado, pero esa no era la intención real. No, Delgado ya había resuelto problemas similares antes.

Fernando se inclinó hacia adelante.
¿Qué quiere decir con resuelto problemas similares? Había otras personas que habían descubierto irregularidades en proyectos municipales. Un auditor de Hacienda en 1994, un periodista en 1997. ¿Qué les pasó a esas personas? Desaparecieron. Oficialmente fueron accidentes o casos sin resolver. El

agente Domínguez intervino. ¿Cuántas personas eliminó Delgado para proteger la red de corrupción? No lo sé exactamente, pero durante los 8 años que trabajé con él, al menos seis personas que representaban amenazas desaparecieron o murieron en circunstancias sospechosas. Fernando sintió que estaba

destapando una organización criminal mucho más extensa
de lo que había imaginado. Volvamos a la familia Medina. ¿Cuál fue su participación directa en su asesinato? El 23 de diciembre, Delgado me dijo que iba a hablar con Roberto esa noche. Me pidió que fuera a la casa para dar credibilidad a la visita. ¿Fue usted a la casa de Roberto? Sí. Llegamos como

a las 9 de la noche.
¿Quién más los acompañaba? Delgado y dos de sus hombres, Ramiro Estrada y José Luis Moreno. ¿Qué pasó en la casa? Castilla guardó silencio por varios minutos, claramente luchando con el recuerdo. Roberto nos recibió en la sala. Carmen estaba ahí con los niños. Delgado le dijo a Roberto que

necesitábamos hablar de negocios. Continúe. Delgado le explicó a Roberto que había malentendido sobre los contratos, que podíamos resolver todo amigablemente, pero Roberto insistió en que iba a reportar el fraude.
¿Cómo reaccionó Delgado? se puso muy serio. Le dijo a Roberto que estaba poniendo en peligro a su familia con esa actitud. Fernando notó que Castilla comenzaba a temblar ligeramente. Roberto entendió la amenaza. Sí. Le dijo a Delgado que no iba a permitir que nadie amenazara a su familia. Carmen

 

 

trató de calmar la situación.
¿Qué pasó después? Delgado hizo una señal a Estrada y Moreno. Ellos, ellos sacaron sus armas. Los oficiales sacaron sus armas dentro de la casa. Sí. Carmen gritó y abrazó a los niños. Roberto se puso en frente de ellos para protegerlos. Fernando sintió náuseas al imaginar la escena. ¿Qué hizo

usted? Nada. Estaba paralizado.
No pensé que realmente fueran a No pensé que llegarían tan lejos. Pero sí llegaron tan lejos. Castilla asintió con lágrimas en los ojos. Delgado le dijo a Roberto que tenía dos opciones. Venir con ellos y resolver el asunto o arriesgar que algo le pasara a su familia. Roberto aceptó ir con ellos.

Sí, pero insistió en que su familia fuera con él. Dijo que no iba a dejarlos solos. ¿Cómo los convencieron de salir de la casa? Delgado les prometió que si cooperaban no les pasaría nada. Les dijo que solo necesitaba asegurar que Roberto entendiera la seriedad de la situación. Fernando consultó sus

notas sobre los testimonios de los vecinos.
Los vecinos vieron a la familia salir caminando. ¿Por qué no usaron el carro? Delgado no quería que hubiera evidencia de que el carro había salido de Guadalajara. Tenía un vehículo esperando en la esquina. ¿A dónde los llevaron? A una casa segura que Delgado usaba para este tipo de situaciones.

Estaba en las afueras de la ciudad. ¿Usted fue con ellos? Sí. Delgado insistió en que fuera testigo de que Roberto cooperaría. El agente Domínguez interrumpió la grabación para cambiar la cinta. Señor Castilla, necesito que sea muy específico sobre lo que pasó después. En la casa segura, Delgado

separó a Roberto del resto de la familia.
Trató de convencerlo nuevamente de que se quedara callado sobre el fraude. Roberto aceptó. No, incluso bajo esa presión, Roberto se negó a ser cómplice. Dijo que prefería morir antes que permitir que continuara la corrupción. ¿Cómo reaccionó Delgado? Castilla respiró profundamente antes de

continuar. Le dijo a Roberto que él había tomado la decisión, que no había marcha atrás.
¿Qué pasó con la familia? Los mantuvieron en esa casa durante toda la noche del 24 de diciembre. Delgado esperaba que Roberto cambiara de opinión, pero no cambió, ¿no? Por la mañana del 25, Roberto seguía negándose a cooperar. Incluso ofreció renunciar a su trabajo y mudarse a otro estado si

dejaban libre a su familia. Delgado aceptó esa propuesta.
Castilla negó con la cabeza llorando abiertamente. Dijo que Roberto ya sabía demasiado, que no podía arriesgarse a que hablara en el futuro. Fernando sabía que estaban llegando a la parte más difícil del testimonio. ¿Cuándo decidió Delgado eliminar a la familia? La mañana del 25 de diciembre. Dijo

que no podía dejar testigos, incluyendo a los niños.
Sí, dijo que los niños crecerían buscando venganza si los dejaba vivos. Fernando cerró los ojos momentáneamente, imaginando el terror que había vivido la familia Medina. ¿Dónde los mataron? En la casa segura, Delgado, Estrada y Moreno. Yo yo no pude ver. Me quedé afuera. Pero usted sabía lo que

estaba pasando. Sí, escuché los disparos.
¿Cuántos disparos? Varios. No conté exactamente qué hicieron con los cuerpos. Los llevaron al rancho esa misma noche. Delgado tenía equipos para acabar fosas. El rancho de la familia Salamanca. Sí, Rodrigo Salamanca era socio de Delgado en varias empresas. Prestaba el rancho para este tipo de

operaciones.
Fernando tenía suficiente información para construir un caso sólido de homicidio múltiple contra todos los involucrados. Señor Castilla, ¿cuántas otras familias o individuos fueron asesinados en ese rancho? Durante los años que trabajé con Delgado, al menos ocho personas más. Recuerda sus nombres,

algunos.
El auditor Martín Vega Castillo en 1994, el periodista Luis Hernández Morales en 1997, una familia de campesinos que se opusieron a la expropiación de sus tierras en 1999. Fernando realizó que estaban documentando una de las organizaciones criminales más prolíficas en la historia reciente de

Jalisco. Una pregunta final, ¿dónde cree que se encuentra Arturo Delgado ahora? Tiene propiedades en Colombia y Nicaragua, países sin tratado de extradición con México. ¿Cómo podríamos localizarlo? Tiene contactos en esos países desde los 90. Siempre

planeó esa ruta de escape. Fernando terminó la grabación. La confesión de Castilla proporcionaba evidencia suficiente para múltiples cargos de homicidio calificado, pero también revelaba la magnitud de una organización criminal que había operado con impunidad durante años. Tres días después de la

confesión de Castilla, Fernando recibió una llamada urgente de la gente Domínguez a las 5 de la mañana.
Detective, tenemos buenas noticias. Localizamos a Delgado. Fernando se incorporó inmediatamente en su cama. ¿Dónde está? En Managua, Nicaragua. Nuestros contactos internacionales lo identificaron en el aeropuerto tratando de volar a un país sin extradición. Lo arrestaron. Está detenido

temporalmente, pero necesitamos movernos rápido.
Nicaragua tiene un tratado de extradición con México, pero Delgado tiene conexiones políticas que podrían complicar el proceso. Fernando consultó su reloj. ¿Qué necesita que haga? Prepare toda la documentación legal para solicitar extradición formal. Necesitamos órdenes de arresto, evidencia del

caso y testimonios de testigos.
Durante las siguientes 6 horas, Fernando trabajó intensivamente preparando el expediente completo. La confesión de Castilla, la evidencia forense del rancho, los testimonios de Salamanca y otros testigos y las interceptaciones telefónicas creaban un caso sólido. A mediodía recibió otra llamada de

Domínguez. Detective Delgado está siendo trasladado de vuelta a México.
Llegará mañana por la noche al aeropuerto de Guadalajara. ¿Cómo lograron la extradición tan rápido? La evidencia de homicidios múltiples, incluyendo menores de edad, aceleró el proceso. Nicaragua no quería proteger a un asesino de niños. Fernando sintió una satisfacción profunda. Después de 14

años, el principal responsable de la muerte de la familia Medina finalmente enfrentaría la justicia.
Esa tarde, Fernando visitó a Enrique Medina para darle la noticia. Enrique, arrestamos a Arturo Delgado. Está siendo extraditado desde Nicaragua. Enrique se quedó silencioso por varios minutos. Esto significa que finalmente habrá justicia para Roberto y su familia. Sí, tenemos evidencia sólida para

condenarlo por homicidio múltiple.
Pasará el resto de su vida en prisión. Detective, durante todos estos años a veces pensé que nunca sabríamos la verdad. Gracias por no rendirse. Su familia merecía justicia, Enrique, y todas las otras víctimas también. Al día siguiente por la noche, Fernando se dirigió al aeropuerto internacional

de Guadalajara. El vuelo de Nicaragua llegó a las 9:45.
Arturo Delgado Montenegro bajó del avión esposado y escoltado por agentes federales mexicanos. Era un hombre de 62 años, cabello gris, complexión robusta, pero que mostraba signos evidentes de estrés y envejecimiento. Fernando lo observó desde la sala VIP del aeropuerto. Después de ver las

fotografías durante semanas, finalmente tenía frente a él al hombre responsable de tantas muertes.
El agente Domínguez se acercó. Detective, ¿quiere estar presente durante el interrogatorio inicial? Por supuesto, he esperado este momento durante meses. El traslado al Centro de Justicia Federal se realizó con máximas medidas de seguridad. Delgado fue ingresado a una celda de máxima seguridad,

donde permanecería hasta su primera audiencia.
A la mañana siguiente, Fernando y Domínguez se prepararon para el interrogatorio formal. Delgado había solicitado la presencia de su abogado, un reconocido penalista de la Ciudad de México. Agentes dijo el abogado, mi cliente se declara inocente de todos los cargos. Considera que está siendo

víctima de una conspiración basada en testimonios de criminales confesos que buscan reducir sus propias sentencias. Fernando activó los equipos de grabación.
“Señor Delgado, ¿entiende los cargos que enfrenta?” Delgado respondió con voz calmada, “Entiendo que me acusan de crímenes que no cometí. ¿Conocía usted a Roberto Medina Vázquez? Vagamente. Era el contador de una empresa que tenía contratos con el municipio. ¿Cuándo fue la última vez que lo vio? No

recuerdo haberlo visto específicamente, posiblemente en alguna reunión de trabajo. Fernando consultó sus notas.
Tenemos testimonios que indican que usted visitó su casa el 23 de diciembre de 1995. Eso es falso. ¿Dónde estaba usted la noche del 23 de diciembre de 1995? No puedo recordar con precisión dónde estaba una noche específica de hace 14 años. El agente Domínguez mostró fotografías de Delgado

recibiendo sobres de Castilla.
¿Puede explicar estas fotografías? Delgado las estudió cuidadosamente. Parecen montajes fotográficos. Es fácil manipular imágenes. ¿Conoce el rancho El Refugio propiedad de Rodrigo Salamanca? No, nunca ha estado en ese rancho. No. Fernando sabía que Delgado negaría todo, pero necesitaba establecer

sus mentiras en el registro oficial. Señor Delgado, ¿alguna vez recibió dinero de Alejandro Castilla a cambio de facilitar permisos de construcción? Nunca recibí dinero ilegal de nadie. ¿Conoce las empresas constructora del Valle y Servicios Industriales Guadalajara? No estoy

familiarizado con esas empresas. Sabía que eran empresas fantasma usadas para defraudar al gobierno municipal. No sé nada sobre eso. Fernando decidió presionar más directamente. Señor Delgado, tenemos evidencia forense de ocho víctimas enterradas en el rancho, incluyendo a la familia Medina. Tenemos

confesiones detalladas de sus cómplices. Tenemos registros financieros que muestran el lavado de dinero.
¿Realmente va a mantener que no sabe nada sobre esto?” Delgado miró a su abogado antes de responder. “No tengo nada más que decir sin ver toda la evidencia supuesta.” El interrogatorio continuó durante 3 horas, pero Delgado mantuvo su posición de negación completa.

Después del interrogatorio, Fernando se reunió con el fiscal asignado al caso, licenciado Eduardo Morales Rivera. “¿Qué tan sólido es el caso?”, preguntó el fiscal. “Muy sólido. Tenemos evidencia física, testigos cooperativos, registros financieros e interceptaciones telefónicas. Delgado tiene

alguna posibilidad de absolven. prácticamente ninguna. La evidencia es abrumadora.
Esa tarde Fernando recibió noticias adicionales. Los otros cómplices también habían sido arrestados. Ramiro Estrada Guzmán fue detenido en su casa de retiro en Puerto Vallarta. José Luis Moreno Vega fue arrestado en Tijuana cuando intentaba cruzar la frontera hacia Estados Unidos.

Rodrigo Salamanca Rivera, hermano del testigo cooperativo, fue arrestado en su oficina de bienes raíces en Zapopan. Al principio negó conocimiento sobre el uso criminal de su rancho, pero cuando se le mostró evidencia de transferencias bancarias desde cuentas de Delgado, cambió su postura.

“¿Samanca está cooperando?”, preguntó Fernando a la gente Domínguez parcialmente.
Admite que prestaba el rancho a Delgado para actividades de negocios, pero niega saber que se cometían homicidios ahí. ¿Qué dice sobre los pagos que recibía? Afirma que pensaba que Delgado usaba el rancho para reuniones privadas de negocios y almacenamiento de mercancía. Fernando revisó los

registros bancarios de Salamanca. Entre 1995 y 2001 había recibido depósitos regulares por cantidades significativas desde cuentas controladas por Delgado.
Los pagos son demasiado grandes para ser por simple renta de propiedad, observó Fernando. Exacto. Creemos que Salamanca sabía exactamente para qué se usaba su rancho. Esa noche, Fernando preparó un informe completo sobre todos los arrestos para el fiscal. La red criminal había sido desmantelada

casi completamente.
Arturo Delgado Montenegro, arrestado, cargos por homicidio múltiple, lavado de dinero, corrupción. Alejandro Castilla Mendoza, detenido, confesión completa, cooperando con la investigación. Ramiro Estrada Guzmán, arrestado, negando participación directa. José Luis Moreno Vega, arrestado solicitando

negociación por testimonio. Rodrigo Salamanca Rivera, arrestado, cooperación limitada.
Al día siguiente, Fernando recibió una llamada inesperada de José Luis Moreno desde la cárcel. Detective, quiero hacer un trato. Tengo información que puede ayudarle a completar el caso. ¿Qué tipo de información? Sobre otras víctimas que no fueron encontradas en el rancho, Delgado usaba múltiples

sitios de disposición.
Fernando se dirigió inmediatamente a la cárcel para entrevistar a Moreno. El ex capitán de policía tenía 48 años y mostraba signos evidentes de haber vivido bajo estrés constante. “¿Cuántas víctimas adicionales había?”, preguntó Fernando. Al menos 12 más entre 1993 y 2002, Delgado eliminaba a

cualquiera que representara una amenaza para la organización.
¿Dónde están enterradas? Hay otros dos ranchos, uno cerca de la Moreno, otro cerca de Tepatitlán. Fernando sintió que la magnitud del caso seguía creciendo. ¿Por qué decidió cooperar ahora? Porque Delgado me abandonó cuando las cosas se complicaron. Durante años le fui leal, pero cuando me

arrestaron no movió un dedo para ayudarme.
¿Qué papel jugaba usted específicamente en la organización? Era responsable de la inteligencia policial. monitoreaba investigaciones que pudieran afectar los negocios de Delgado. ¿Cómo eliminaban esas amenazas? Primero tratábamos de corromper a los investigadores. Si eso no funcionaba, los

amenazábamos. Si seguían siendo problemas, Delgado ordenaba su eliminación.
¿O participó usted directamente en los homicidios? Moreno bajó la mirada. Sí, en varios casos fui parte del equipo de ejecución, incluyendo a la familia Medina. Sí, estuve presente cuando mataron a Roberto, Carmen y los niños. Fernando activó su grabadora. Necesito que me cuente exactamente qué

pasó. Moreno proporcionó un testimonio detallado que confirmaba la confesión de Castilla, pero con detalles adicionales sobre la ejecución. Roberto trató de proteger a su familia hasta el final.
Cuando Delgado ordenó que los mataran, Roberto se puso en frente de Carmen y los niños. ¿Cómo reaccionó Delgado? Le dijo a Roberto que su heroísmo era inútil, que iban a morir de todas formas. ¿En qué orden los mataron? Moreno cerró los ojos recordando primero a Roberto. Delgado quería que viera

que no podía proteger a su familia, luego a Carmen.
Los niños fueron los últimos. Fernando sintió náuseas, pero continuó con las preguntas. ¿Quién disparó específicamente? Delgado mató a Roberto personalmente. Estrada mató a Carmen. Yo yo maté a los niños. ¿Por qué usted? Delgado dijo que era una prueba de lealtad, que si no podía matar niños no

servía para la organización. Fernando documentó cada detalle para el expediente judicial.
El testimonio de Moreno proporcionaba evidencia directa de la participación personal de cada miembro de la organización. ¿Cuántos otros niños mataron durante los años de operación? Al menos seis más. Hijos de familias que se opusieron a la organización. Recuerda sus nombres. La familia Herrera Díaz

en 1996. Los niños tenían 8 y 10 años.
La familia Castañeda Rubio en 1999, tres niños. El menor tenía 5 años. Fernando realizó que estaban documentando una de las organizaciones criminales más despiadadas en la historia de México. Delgado mostraba algún remordimiento por matar niños. Nunca. Decía que los niños crecerían buscando

venganza, que era más eficiente eliminar familias completas. ¿Había algún límite para lo que la organización haría? No.
Delgado creía que el miedo total era la mejor forma de mantener control. Después de 3 horas de testimonio, Fernando tenía evidencia suficiente para múltiples cargos de homicidio calificado contra todos los miembros de la organización. Esa tarde, el fiscal Eduardo Morales convocó una conferencia de

prensa para anunciar los arrestos y el desmantelamiento de la red criminal.
Ciudadanos de Jalisco, dijo el fiscal frente a las cámaras, después de una investigación exhaustiva, hemos arrestado a los responsables de al menos 20 homicidios cometidos entre 1993 y 2002, incluyendo el asesinato de la familia Medina Flores en diciembre de 1995. Fernando observó la conferencia

desde su oficina.
Los medios presentaban el caso como uno de los más importantes en la historia del Estado. El detective Fernando Gutiérrez Morales lideró esta investigación con profesionalismo excepcional”, continuó el fiscal. Su trabajo incansable hizo posible que finalmente se haga justicia para las víctimas.

Después de la conferencia, Fernando recibió docenas de llamadas de familiares de personas desaparecidas durante los 90.
Muchos esperaban que sus casos también pudieran resolverse con la información proporcionada por los testigos cooperativos. Detective, le dijo una mujer por teléfono, mi hermano desapareció en 1998 después de reportar corrupción en su trabajo. Cree que podría estar entre las víctimas de esta

organización. Fernando prometió revisar todos los casos pendientes de personas desaparecidas durante el periodo de operación de la red de Delgado. Al final del día, Fernando visitó nuevamente a Enrique Medina. Enrique, todos los responsables
están arrestados. El juicio comenzará en tres meses. ¿Qué tipo de sentencias podrían recibir? Delgado enfrentará múltiples cargos de homicidio calificado. Podría recibir hasta 60 años de prisión. y los otros, dependiendo de su nivel de cooperación, entre 20 y 40 años cada uno. Enrique se quedó

pensativo. Detective, sé que Roberto estaría orgulloso de que finalmente se hiciera justicia.
Él siempre creyó en hacer lo correcto, sin importar las consecuencias. Su hermano era un hombre valiente. Su muerte no fue en vano si evita que otros criminales piensen que pueden actuar con impunidad. Esa noche, Fernando escribió el informe final de la investigación.

El caso de la familia Medina había revelado una red criminal que había operado durante casi una década, responsable de múltiples homicidios y millones de pesos en corrupción. Pero más importante que las estadísticas era el hecho de que la familia Medina finalmente tendría justicia y que Enrique

podría darle sepultura digna a su hermano, cuñada y sobrinos después de 14 años de incertidumbre.
3 meses después, el Tribunal Federal de Guadalajara se convirtió en el Centro de Atención Nacional. El caso de la familia Medina y la red de Delgado sería juzgado por un panel de tres magistrados especializados en crimen organizado. Fernando llegó temprano el primer día del juicio. La sala estaba

repleta de periodistas, familiares de las víctimas y curiosos que habían seguido el caso en los medios.
El fiscal Eduardo Morales había preparado meticulosamente el caso de la acusación. Su equipo incluía especialistas en evidencia forense, expertos en lavado de dinero y psicólogos criminales. Detective Gutiérrez, le dijo Morales antes de que comenzara la sesión. Usted será nuestro testigo principal.

Su investigación será la columna vertebral del caso. Arturo Delgado entró a la sala esposado y escoltado por guardias.
Había perdido peso considerable durante los meses de prisión preventiva, pero mantenía una expresión desafiante. Sus abogados defensores, un equipo de cinco penalistas de prestigio nacional, habían preparado una estrategia agresiva basada en desacreditar los testimonios de los testigos

cooperativos. El magistrado presidente, Dr.
Raúl Mendoza Serrano, abrió la sesión. El Tribunal Federal conocerá el caso de la Procuraduría General de la República contra Arturo Delgado Montenegro y otros por los delitos de homicidio calificado, lavado de dinero, corrupción de funcionarios públicos y crimen organizado. El fiscal Morales

presentó su alegato de apertura durante 2 horas detallando la estructura de la organización criminal, los métodos usados para eliminar testigos y la evidencia física recuperada.
Honorables magistrados, demostraremos que el acusado Arturo Delgado Montenegro lideró una organización criminal que asesinó sistemáticamente a ciudadanos inocentes para proteger un esquema de corrupción que le generó millones de pesos en ganancias ilícitas. La defensa respondió argumentando que

Delgado era víctima de una conspiración basada en testimonios falsos de criminales confesos que buscaban reducir sus propias sentencias.
Los testigos de la fiscalía son criminales confesos que tienen motivos evidentes para mentir, argumentó el abogado defensor principal. No existe evidencia física que conecte directamente a nuestro cliente con los supuestos homicidios. El primer testigo de la fiscalía fue Fernando.

Su testimonio duró dos días completos, detallando el proceso de investigación desde el hallazgo de la caja enterrada hasta los arrestos finales. Detective Gutiérrez, preguntó el fiscal, ¿cómo caracterizaría la evidencia física encontrada en el rancho El Refugio? La evidencia es consistente con

homicidios múltiples ejecutados durante varios años.
Las víctimas fueron enterradas sistemáticamente en fosas preparadas específicamente para ese propósito. La evidencia apoya la teoría de que se trataba de una operación organizada. Absolutamente. La disposición de los cuerpos, la selección del sitio, los métodos de ejecución, todo indica una

operación criminal sofisticada. Durante el contrainterrogatorio, los abogados de Delgado trataron de desacreditar la investigación de Fernando.
Detective, ¿no es cierto que usted comenzó esta investigación con una teoría preconcebida y después buscó evidencia para apoyarla? No. La investigación siguió las evidencias donde nos llevaran. ¿No es cierto que la mayoría de su evidencia proviene de testigos criminales con motivos para mentir? La

evidencia física corrobora los testimonios de los testigos, pero usted no tiene evidencia física que muestre directamente a mi cliente cometiendo homicidios.
Tenemos evidencia física de los homicidios, testimonios de testigos presenciales, registros financieros que muestran los motivos e interceptaciones telefónicas que muestran conocimiento y participación. El segundo día, testificó el Dr. Miguel Vázquez, el antropólogo forense. Doctor Vázquez, ¿puede

describir lo que encontraron en el rancho? Encontramos restos de 20 individuos enterrados en ocho fosas diferentes.
La evidencia indica que fueron asesinados durante un periodo de aproximadamente 9 años. ¿Cómo murieron estas personas? La mayoría muestran evidencia de muerte por arma de fuego, impactos de proyectil en cráneos. Fracturas consistentes con ejecuciones. Las víctimas fueron torturadas antes de morir.

Algunos de los restos muestran evidencia de trauma previo a la muerte, incluyendo fracturas en costillas y extremidades. La defensa trató de sembrar dudas sobre la precisión de los análisis forenses. Doctor, ¿es posible determinar con certeza absoluta cuándo murieron estas personas? Podemos

establecer rangos temporales basados en descomposición ósea, análisis de suelo y artefactos encontrados con los restos. Pero no puede decir que persona específica mató a víctima específica.
¿Correcto? Mi experti es forense, no testimonial. El tercer día comenzó el testimonio de Alejandro Castilla. Su aparición causó gran expectación en la sala. “Señor Castilla,”, preguntó el fiscal. ¿Conoce al acusado Arturo Delgado Montenegro? Sí, trabajé con él en un esquema de corrupción y lavado de

dinero durante varios años.
¿Puede describir su relación? Delgado proporcionaba protección policial y facilitaba permisos municipales a cambio de pagos regulares. ¿Cuánto dinero le pagó a Delgado durante los años de operación? Aproximadamente 800,000es entre 1994 y 1996. ¿Qué pasó cuando Roberto Medina descubrió el esquema?

Delgado decidió que Roberto representaba una amenaza inaceptable que tenía que ser eliminada.
¿Usted participó directamente en el asesinato de la familia Medina? Estuve presente cuando fueron secuestrados, pero no participé en las ejecuciones. ¿Por qué no trató de detener los homicidios? Castilla bajó la cabeza. Porque era un cobarde. Tenía miedo de que Delgado también me matara si me

oponía.
La defensa atacó agresivamente la credibilidad de Castilla. Señor Castilla, ¿no es cierto que usted está mintiendo para obtener una sentencia reducida? No estoy mintiendo. ¿Usted admite ser un ladrón que robó millones de pesos? Sí, pero eso no significa que esté mintiendo sobre los homicidios.

¿No es cierto que usted mismo podría haber matado a Roberto Medina para proteger su esquema de fraude? No, yo no maté a nadie. El cuarto día testificó José Luis Moreno. Su testimonio fue el más dramático del juicio. Capitán Moreno, preguntó el fiscal. Participó usted en el asesinato de la familia

Medina. Sí, estuve presente durante las ejecuciones. ¿Quién ordenó los asesinatos? Arturo Delgado, Montenegro.
¿Quién disparó específicamente a cada víctima? Delgado mató a Roberto Medina. Ramiro Estrada mató a Carmen Flores. Yo maté a Lucía y Alejandro Medina. Un murmullo de horror recorrió la sala. El magistrado presidente tuvo que llamar al orden. ¿Por qué mató usted a los niños? Moreno comenzó a llorar

porque Delgado me ordenó hacerlo. Dijo que era una prueba de lealtad. Sintió remordimiento todos los días durante 14 años.
Esos niños aparecen en mis pesadillas cada noche. ¿Por qué decidió testificar ahora? Porque quiero que las familias de las víctimas sepan la verdad. y porque quiero intentar obtener algún perdón, aunque sé que no lo merezco. La defensa trató de desacreditar el testimonio de Moreno, argumentando que

era un asesino confeso, con motivos para mentir.
¿No es cierto que usted es un asesino múltiple que mataría a cualquiera por dinero? Sí, soy un asesino, pero no estoy mintiendo sobre lo que pasó. ¿Cuánto dinero recibió de Delgado durante los años de operación? Aproximadamente 300,000 pes total. Así que usted mataría niños por dinero. Moreno se

quebró completamente. Sí, Dios me perdone.
Maté niños por dinero. El quinto día testificó Héctor Salamanca, quien proporcionó detalles sobre la corrupción municipal. Ingeniero Salamanca, ¿cómo funcionaba el esquema de corrupción? Castilla creaba empresas fantasma, presentaba facturas falsas, yo aprobaba permisos sin inspección y Delgado

proporcionaba protección policial.
¿Cuánto dinero recibió usted por participar? Aproximadamente 200,000 en bonos irregulares. ¿Sabía que se estaban cometiendo homicidios para proteger el esquema? Lo sospechaba, pero no quería confirmarlo. ¿Por qué no reportó sus sospechas? porque tenía miedo. Delgado tenía reputación de eliminar

problemas permanentemente. Durante la segunda semana del juicio, la fiscalía presentó la evidencia documental: registros bancarios, fotografías de vigilancia, transcripciones de interceptaciones telefónicas y análisis contables del dinero lavado. El experto en lavado de dinero explicó cómo la

organización había movido aproximadamente
8 millones de pesos a través de cuentas bancarias, empresas fantasma y propiedades inmobiliarias. El dinero seguía un patrón consistente: pagos de inmobiliaria tapatía a empresas fantasma, transferencias a cuentas personales de delgado y después inversiones en propiedades de lujo.

La tercera semana se dedicó a los testimonios de familiares de las víctimas. Enrique Medina fue el testimonio más emotivo. “Mi hermano Roberto era un hombre honesto que solo quería hacer lo correcto”, testificó Enrique. No merecía morir y mucho menos su esposa e hijos inocentes. ¿Cómo ha afectado

esta tragedia a su familia? Hemos vivido 14 años sin respuestas, siempre preguntándonos qué les pasó.
Ahora sabemos la verdad, pero el dolor nunca desaparecerá completamente. ¿Qué justicia espera del tribunal? Que los responsables paguen por lo que hicieron. Que ninguna otra familia tenga que sufrir lo que nosotros sufrimos. La defensa presentó su caso durante la cuarta semana, llamando testigos de

carácter para delgado y cuestionando la validez de la evidencia científica. Sin embargo, no pudieron contrarrestar efectivamente la evidencia abrumadora.
presentada por la fiscalía. En sus alegatos finales, el fiscal Morales resumió el caso. Honorables magistrados, la evidencia muestra claramente que Arturo Delgado Montenegro lideró una organización criminal que asesinó sistemáticamente a ciudadanos inocentes. La familia Medina murió porque Roberto

Medina tuvo el valor de defender la honestidad contra la corrupción.
La defensa argumentó que había dudas razonables sobre la culpabilidad de Delgado, pero sus argumentos sonaban débiles frente a la evidencia presentada. El tribunal se retiró a deliberar durante 5 días. Cuando regresaron, la sala estaba completamente llena. El magistrado presidente leyó el

veredicto. Sentua.
En el caso de la Procuraduría General de la República contra Arturo Delgado Montenegro, este tribunal encuentra al acusado culpable de todos los cargos. Homicidio calificado en 20 casos, lavado de dinero, corrupción de funcionarios públicos y crimen organizado. La sala estalló en aplausos. Fernando

vio a Enrique llorar de alivio.
Después de 14 años, finalmente había justicia para la familia Medina. Una semana después del veredicto, el tribunal federal se reunió para dictar las sentencias. Fernando ocupó un lugar en la primera fila junto a Enrique Medina y familiares de otras víctimas. El magistrado presidente comenzó con la

sentencia principal, Arturo Delgado Montenegro.
Este tribunal lo condena a 60 años de prisión, sin posibilidad de libertad condicional, por los delitos de homicidio calificado múltiple, lavado de dinero, corrupción de funcionarios públicos y liderazgo de organización criminal. Delgado recibió la sentencia sin mostrar emoción visible. Sus

abogados anunciaron inmediatamente que apelarían, pero Fernando sabía que la evidencia era demasiado sólida para ser revertida.
Las sentencias para los cómplices fueron proporcionales a su nivel de cooperación. Alejandro Castilla Mendoza recibió 25 años de prisión, considerando su testimonio completo y confesión temprana. José Luis Moreno Vega fue sentenciado a 30 años a pesar de su cooperación debido a su participación

directa en múltiples homicidios.
Ramiro Estrada Guzmán recibió 40 años por negarse a cooperar y mantener su negación de los hechos hasta el final. Rodrigo Salamanca Rivera fue sentenciado a 15 años por complicidad y encubrimiento. Héctor Salamanca Rivera recibió 5 años de libertad condicional por su cooperación completa y su papel

secundario en la organización. Después de las sentencias, Fernando salió del tribunal acompañado por Enrique Medina.
Detective, dijo Enrique, no tengo palabras para agradecerle lo que hizo por mi familia. Solo hice mi trabajo, Enrique. Su hermano merecía justicia. ¿Qué va a pasar ahora con los casos de las otras víctimas? Vamos a trabajar con los familiares para identificar todos los restos encontrados en los

ranchos. Cada familia merece respuestas.
Una semana después, la Procuraduría General del Estado organizó una ceremonia oficial para honrar la memoria de todas las víctimas de la organización de Delgado. El evento se realizó en el Palacio de Justicia de Guadalajara con la asistencia del gobernador de Jalisco, autoridades federales,

familiares de las víctimas y representantes de organizaciones de derechos humanos.
Las víctimas de esta organización criminal no murieron en vano, declaró el gobernador durante la ceremonia. Su sacrificio nos recuerda la importancia de defender la honestidad contra la corrupción sin importar las consecuencias personales. Fernando fue reconocido oficialmente por su trabajo en la

investigación, recibiendo la medalla al mérito policial de manos del procurador general.
Detective Fernando Gutiérrez Morales ejemplifica lo mejor de la función policial, dijo el procurador. Su dedicación incansable hizo posible que se hiciera justicia después de 14 años de impunidad. Durante la ceremonia se inauguró un memorial permanente para las víctimas. Una placa de mármol negro

listaba los nombres de las 20 personas asesinadas por la organización.
Roberto Medina Vázquez, Carmen Flores Herrera, Lucía Medina Flores, Alejandro Medina Flores y las otras 16 víctimas identificadas durante la investigación. Enrique Medina depositó flores en el memorial en nombre de su familia. Roberto siempre creyó que la verdad eventualmente prevalecería. Hoy

sabemos que tenía razón.
Tres meses después, Fernando visitó el panteón de Mesquitán para el sepelio oficial de la familia Medina. Los restos habían sido entregados a la familia después de completar todos los análisis forenses. Roberto, Carmen, Lucía, Alejandro, dijo el sacerdote durante la misa, “Finalmente pueden

descansar en paz, sabiendo que se hizo justicia por su memoria.
Cientos de personas asistieron al funeral, incluyendo compañeros de trabajo de Roberto, vecinos de la familia y ciudadanos que habían seguido el caso en los medios. Fernando pronunció unas palabras en representación de las autoridades. La familia Medina representa lo mejor de nuestro estado.

Honestidad, valor y dedicación a la familia. Su muerte fue una tragedia, pero su memoria nos inspira a seguir luchando contra la corrupción.
Después del sepelio, Fernando se quedó unos minutos junto a la tumba con Enrique. ¿Cree que Roberto estaría orgulloso de lo que logramos? preguntó Enrique. Estoy seguro su decisión de hacer lo correcto, a pesar del peligro, eventualmente llevó a la destrucción de toda una organización criminal.

¿Qué va a hacer usted ahora, detective? Continuar trabajando.
Hay muchos otros casos sin resolver que merecen la misma atención que le dimos a su familia. Seis meses después, Fernando había cerrado cinco casos adicionales de personas desaparecidas, cuyos restos fueron identificados en los ranchos de Delgado.
Cada caso representaba una familia que finalmente tenía respuestas después de años de incertidumbre. El impacto del caso Medina se extendió más allá de Jalisco. La Procuraduría General de la República usó el caso como modelo para investigar organizaciones criminales similares en otros estados. El

caso Medina demostró que es posible desmantelar organizaciones criminales sofisticadas cuando hay voluntad política y investigación profesional”, escribió Fernando en un artículo para una revista especializada en seguridad pública. Un año después del juicio, Fernando recibió una invitación

inesperada. La Universidad de Guadalajara quería que impartiera una conferencia sobre técnicas de investigación criminal. Detective Gutiérrez, le dijo el director de la Facultad de Derecho, su trabajo en el caso Medina es estudiado ahora en universidades de todo México como ejemplo de investigación

policial exitosa.
Durante la conferencia, Fernando explicó a estudiantes de criminología los aspectos técnicos de la investigación. El factor más importante fue nunca rendirse. Cuando encontramos la caja enterrada, fácilmente podríamos haber concluido que era evidencia insuficiente. Pero seguimos cada pista, por

pequeña que pareciera. ¿Cuál fue el momento más difícil de la investigación?, preguntó una estudiante. Cuando descubrimos que habían matado a los niños.
Es difícil mantener la objetividad profesional cuando enfrentas evidencia de crueldad tan extrema. ¿Qué consejo daría a futuros investigadores? Que recuerden siempre que detrás de cada caso hay familias reales que buscan respuestas. Esa responsabilidad debe motivarlos a hacer su mejor trabajo. Dos

años después del juicio, Fernando fue promovido a comandante y puesto a cargo de la nueva unidad especializada en casos fríos de la Procuraduría de Jalisco.
Su primera decisión fue crear un archivo digital de todos los casos sin resolver de personas desaparecidas en el estado, con especial atención a casos que pudieran estar relacionados con corrupción gubernamental. No podemos permitir que otros casos como el de la familia Medina permanezcan sin

resolver durante décadas, explicó Fernando a su nuevo equipo.
En marzo de 2010, Fernando recibió una carta de Enrique Medina. Detective, quería informarle que Carmen, la hija de mi hermano Roberto, acaba de nacer. Mi esposa y yo decidimos ponerle ese nombre en honor a Carmen Flores. Queremos que las nuevas generaciones de nuestra familia recuerden la

importancia de hacer lo correcto sin importar las consecuencias.
Fernando guardó la carta en su archivo personal junto con las fotografías de la familia Medina y otros recuerdos del caso. 5 años después del juicio, en 2014, Fernando fue invitado a una conferencia internacional sobre crimen organizado en Colombia, donde presentó el caso Medina como ejemplo de

investigación exitosa. El caso de la familia Medina nos enseña que la impunidad no es inevitable, concluyó Fernando en su presentación.
Con investigación profesional, cooperación interinstitucional y determinación para buscar la verdad es posible hacer justicia incluso en los casos más complejos. En agosto de 2025, 14 años después de comenzar la investigación, Fernando visitó nuevamente el memorial de las víctimas en el Palacio de

Justicia. Enrique Medina lo acompañó ahora con su hija Carmen de 15 años. “Papá me ha contado la historia de mi tío Roberto muchas veces”, dijo la joven Carmen.
“Quiero estudiar derecho para continuar luchando contra la injusticia”. Fernando sonrió. Tu tío estaría muy orgulloso, detective, dijo Enrique, nunca podré agradecerle suficientemente lo que hizo. Usted no solo nos dio justicia, nos devolvió la fe en que el sistema puede funcionar cuando hay

personas honestas trabajando en él.
Enrique, su hermano Roberto, me enseñó algo importante, que vale la pena luchar por lo que es correcto, sin importar cuán difícil sea la batalla. Mientras se alejaban del memorial, Fernando reflexionó sobre el legado del caso Medina. Había sido más que una investigación criminal. Había sido una

reivindicación de la importancia de la honestidad, el valor personal y la búsqueda incansable de la verdad.
La familia Medina había muerto defendiendo principios que muchos considerarían ingenuos en un mundo corrupto, pero su sacrificio había demostrado que esos principios siguen teniendo poder para cambiar el mundo. Roberto Medina Vázquez había querido proteger a su familia haciendo lo correcto.

Aunque no pudo salvar sus vidas, su decisión de documentar la corrupción eventualmente llevó a la destrucción de toda una organización criminal y dio esperanza a muchas otras familias que buscaban justicia. En su oficina esa noche, Fernando escribió la entrada final en el expediente del caso

Medina. Caso cerrado. Justicia cumplida. La familia Medina finalmente puede descansar en paz y su memoria continuará inspirando a futuras generaciones de servidores públicos honestos.
Fernando cerró el expediente, lo colocó en el archivo y se dirigió a casa, sabiendo que había cumplido con su deber más importante, asegurar que la verdad prevaleciera sobre la mentira y que la justicia triunfara sobre la impunidad. Yeah.

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