Crean la primera «computadora biológica» con células humanas vivas.
La inteligencia artificial (IA) y la biotecnología han alcanzado un hito trascendental con la creación de la primera «computadora biológica» que integra neuronas humanas con circuitos de silicio.
Este avance, denominado CL1 y desarrollado por la empresa australiana Cortical Labs, inaugura una nueva era en la computación: la «Inteligencia Biológica Sintética» (SBI, por sus siglas en inglés).
Gracias a esta fusión, el CL1 promete superar las limitaciones energéticas y de aprendizaje de los chips de silicio convencionales, impactando en múltiples campos científicos.
¿Qué es el CL1?
El CL1 es un sistema híbrido formado por redes neuronales humanas cultivadas en laboratorio y circuitos de silicio. Su principal innovación radica en la capacidad de las neuronas para auto ajustarse y generar nuevas conexiones en respuesta a estímulos. A diferencia de las IA basadas en modelos de aprendizaje profundo, el CL1 se asemeja al cerebro humano, adaptándose de manera dinámica ante los cambios del entorno.
Las neuronas de este «cerebro en un chip» crecen sobre una matriz de electrodos que registra y modula su actividad eléctrica. Así, el CL1 recibe información, la procesa y emite patrones neuronales que el sistema interpreta como comandos computacionales. Esta dinámica emula procesos de aprendizaje biológico, creando una inteligencia sintética más cercana al funcionamiento natural del cerebro.
Ventajas de la Inteligencia Biológica Sintética
La SBI brinda oportunidades revolucionarias para el desarrollo de sistemas de cómputo:
- Mayor eficiencia energética: Las neuronas consumen menos energía y generan menos calor que los chips de silicio.
- Adaptabilidad superior: El CL1 no requiere grandes volúmenes de datos preetiquetados, pues se autoorganiza en función de la retroalimentación recibida.
- Investigación biomédica: Permite estudiar enfermedades neurodegenerativas con mayor fidelidad y evaluar tratamientos sin recurrir tanto a modelos animales.
- Sostenibilidad: Al reducir el consumo energético, abre la posibilidad de centros de datos más amigables con el medioambiente.
Funcionamiento de la «computadora biológica»
El eje central del CL1 es la comunicación bidireccional entre neuronas y silicio. Una matriz de electrodos actúa como puente entre el mundo biológico y el digital. Cada electrodo registra la actividad neuronal y puede estimular a las neuronas para ejecutar diversas tareas.