Las últimas palabras del Papa Francisco antes de morir que…Ver mas

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Las ÚLTIMAS PALABRAS del Papa Francisco ANTES DE MORIR

En un hecho que ha conmovido al mundo entero, el Papa Francisco, líder espiritual de más de mil millones de católicos, pronunció sus últimas palabras en un susurro que quedará grabado en la memoria de todos aquellos que lo acompañaron hasta su último aliento. Aunque la Santa Sede aún no ha emitido un comunicado oficial detallado, fuentes cercanas al Vaticano aseguran que el pontífice tuvo un momento de profunda lucidez y serenidad antes de partir de este mundo.

Según los reportes filtrados por miembros del entorno papal, el Papa Francisco, nacido Jorge Mario Bergoglio, reunió a su círculo más íntimo en la habitación donde había estado convaleciente durante las últimas semanas. Con voz debilitada pero firme, habría dicho: “Perdonen siempre, incluso cuando el dolor es inmenso. No guarden odio. La misericordia es más poderosa que el juicio.”

Estas palabras, pronunciadas con humildad y convicción, reflejan los valores que guiaron todo su pontificado: el amor al prójimo, la compasión por los más necesitados y la lucha incansable por una Iglesia más humana, abierta e inclusiva.

Testigos aseguran que el Papa pidió bendecir a todos los pueblos del mundo, especialmente a los jóvenes, a los migrantes y a las víctimas de guerra y pobreza. “Que nadie quede fuera del abrazo de Dios,” habría dicho mientras sostenía el crucifijo entre sus manos.

Durante su papado, Francisco desafió estructuras, promovió reformas y se enfrentó a temas difíciles dentro y fuera de la Iglesia. Su estilo sencillo, directo y lleno de empatía lo convirtió en una figura amada incluso por aquellos que no profesan la fe católica. Siempre prefirió la cercanía al protocolo, los gestos pequeños a los grandes discursos, y la verdad incómoda al silencio complaciente.

A pesar de su deteriorado estado de salud en los últimos meses, el Papa nunca dejó de rezar por el mundo. Se le veía meditando en silencio, preocupado por los conflictos globales, el cambio climático, y la creciente indiferencia del ser humano hacia el sufrimiento ajeno.

Las campanas de la Basílica de San Pedro repicaron con solemnidad minutos después de confirmarse la noticia de su fallecimiento. Miles de fieles comenzaron a congregarse espontáneamente en la Plaza de San Pedro, muchos de ellos con lágrimas en los ojos, otros rezando el rosario, y algunos simplemente en silencio, como si el alma del mundo se hubiera detenido por un instante.

Aún no se sabe con certeza cuándo será la ceremonia oficial de despedida, pero se espera una jornada histórica, con la presencia de líderes religiosos, políticos y millones de fieles de todos los rincones del planeta.

El legado del Papa Francisco no termina con su muerte. Sus últimas palabras son ahora una herencia espiritual que desafía a la humanidad a elegir el perdón por encima del rencor, y la compasión por encima de la indiferencia.