Su Hijo Desapareció a los 3 años… y nadie tiene respuestas. Años de sufrimiento sin saber qué pasó – YouTube
🕯️ Su hijo desapareció a los 3 años… y nadie tiene respuestas: Años de sufrimiento sin saber qué pasó 😢
Era un día aparentemente normal. El sol brillaba, los pájaros cantaban, y en el pequeño barrio de Santa Teresa, una madre preparaba el almuerzo mientras su pequeño jugaba en el jardín. Pero en cuestión de minutos, su mundo se desmoronó por completo.
Su hijo, de apenas 3 años, desapareció sin dejar rastro.
Han pasado más de 12 años desde aquel fatídico 9 de junio, y Mariela Gutiérrez, la madre del niño, aún sigue viviendo cada día con una mezcla de dolor, incertidumbre y esperanza.
👶 Una desaparición que nadie puede explicar
Matías, un niño alegre, curioso y siempre sonriente, solía jugar frente a su casa mientras su madre lo vigilaba desde la ventana. Ese día, Mariela se distrajo por menos de cinco minutos.
—“Salí a ver la olla de frijoles… y cuando regresé a mirar, ya no estaba. Pensé que se había metido a la casa de mi hermana, pero no. Salí corriendo, grité su nombre… y nada.” —relató entre lágrimas.
Los vecinos, alarmados por los gritos, se unieron rápidamente a la búsqueda. En cuestión de horas, decenas de personas recorrían las calles, los parques, las zanjas… pero Matías se había desvanecido como si nunca hubiese estado allí.
🕵️♂️ Una investigación sin respuestas
La policía llegó al lugar y comenzó una búsqueda formal. Se activaron alertas locales, se revisaron cámaras, se interrogaron a todos los posibles testigos. Incluso se investigaron hipótesis de secuestro, fuga o trata de menores.
Sin embargo, nunca hubo una pista concreta. Ningún testigo vio nada. Ningún vehículo sospechoso. Ninguna cámara mostró al niño saliendo del área.
Pasaron los días, luego las semanas. Mariela dejó de dormir, dejó de comer. Solo vivía para buscar a su hijo. Colocó carteles, acudió a noticieros, buscó ayuda en redes sociales y hasta en organizaciones internacionales. Nada.
🗓️ El tiempo no cura, solo duele diferente
Doce años después, la habitación de Matías sigue intacta. Su cama, sus juguetes, su ropita doblada cuidadosamente por su madre. Cada año, en su cumpleaños, Mariela le compra un pastel y deja encendida una vela.
—“A veces siento que está vivo, en algún lugar. Que quizás lo criaron con otro nombre. No pierdo la fe. Pero no saber… eso es lo peor. No tener un cuerpo, ni una pista, ni una verdad.” —dice con la voz quebrada.
🙏 Una madre que no se rinde
Aunque ha pasado más de una década, Mariela no ha dejado de buscar. Ha creado una página en redes sociales, ha trabajado con colectivos de búsqueda de personas desaparecidas y sigue rogando por una llamada, un mensaje, una señal que le diga qué pasó con su hijo.
El caso de Matías se ha convertido en uno de los más misteriosos del país. A pesar del paso del tiempo, la herida sigue abierta y el silencio pesa más que nunca.
Porque no hay dolor más grande que el de una madre que no sabe dónde está su hijo.
Y mientras no haya respuesta, la búsqueda continúa…