Noticias País, Santo Domingo, RD — La noche del colapso en Jet Set dejó más que escombros y dolor: selló para siempre la historia de Luz Andrea Jiménez Castiblanco, una colombiana de 42 años, quien había emigrado con la esperanza de un futuro mejor y terminó convirtiéndose en una de las más de 220 víctimas de la tragedia que estremeció a República Dominicana el pasado lunes.

Era una velada de música y alegría, encabezada por el icónico merenguero Rubby Pérez. Pero el ambiente festivo se transformó en segundos en una escena de desesperación, cuando el techo del legendario centro nocturno cedió ante la multitud.

Entre los seis ciudadanos colombianos que se encontraban en el lugar, solo uno no logró salir con vida: Luz Andrea.

La identificación de su cuerpo no fue inmediata. Sin documentos consigo, su nombre pudo conocerse gracias a allegados del novio dominicano, quien alertó a las autoridades.

Fue trasladada al Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF), donde se ejecutaron los protocolos legales correspondientes para su repatriación.

Desde Bogotá, su hermano Gonzalo Jiménez compartió unas palabras que hoy resuenan como un eco de presagio: “Se cumplió la profecía… las palabras tienen poder”, recordando que en vida, Luz Andrea había mencionado que no volvería a Colombia.

Migró llena de ilusiones, buscando estabilidad como esteticista, dejando atrás su país pero nunca a su gente. Era una mujer de sonrisa constante, alma trabajadora y corazón valiente, así la describen quienes la conocieron.

El gobierno colombiano, a través de su Cancillería, salió al frente de versiones imprecisas que circularon en redes sociales.