¿Qué es la metástasis? El peligroso viaje del cáncer en el cuerpo.
La metástasis es uno de los procesos más temidos cuando hablamos de cáncer, pues implica la capacidad de las células tumorales para trasladarse desde un tumor primario hacia otras áreas del organismo. Este fenómeno, conocido como “diseminación metastásica”, representa la principal causa de mortalidad en la mayoría de los tipos de cáncer.
A lo largo de este artículo, exploraremos en qué consiste la metástasis, cuáles son sus fases y por qué resulta tan relevante para la supervivencia de los pacientes oncológicos. Además, mostraremos los últimos avances científicos al respecto.
¿Qué es la metástasis?
La palabra “metástasis” proviene del griego “meta” (más allá) y “stasis” (estado o posición), aludiendo a la capacidad de las células malignas para escapar de su lugar de origen y colonizar órganos distantes.
Aunque se han desarrollado múltiples tratamientos para combatir distintos tipos de cáncer, la metástasis continúa siendo el factor determinante que más influye en la evolución de la enfermedad y en la tasa de supervivencia. De hecho, se calcula que más del 90% de las muertes por cáncer tienen lugar cuando el tumor se encuentra en fases avanzadas o metastásicas.
Desde la perspectiva clínica, la detección de la metástasis puede suponer un giro drástico en el pronóstico del paciente. Por este motivo, investigadores de todo el mundo centran sus esfuerzos en comprender mejor los mecanismos implicados en la diseminación metastásica para desarrollar estrategias de prevención y tratamientos más efectivos.
¿Cómo ocurre la metástasis?
Cascada metastásica
El proceso metastásico es altamente complejo y suele describirse como una “cascada” de acontecimientos que incluyen varias etapas.
- Invasión local: las células tumorales adquieren la capacidad de romper la membrana basal que separa el epitelio del tejido conjuntivo y atraviesan la matriz extracelular.
- Intravasación: una vez en el tejido conectivo, las células malignas penetran en los vasos sanguíneos o linfáticos.
- Transporte por la circulación: las células tumorales viajan a través de la sangre o la linfa, enfrentándose a condiciones adversas que solo unas pocas logran resistir.
- Extravasación: las células que sobreviven en el torrente sanguíneo se adhieren a las paredes de los capilares en órganos distantes y vuelven a atravesar la pared vascular para ingresar al nuevo tejido.
- Colonización: finalmente, las células metastásicas se multiplican y forman un tumor secundario en el órgano hospedador.
Vías de diseminación
Existen dos rutas principales por las cuales las células cancerosas pueden diseminarse:
- Vía sanguínea: a través de los vasos sanguíneos, lo cual explica la aparición frecuente de metástasis en órganos muy irrigados, como el hígado y los pulmones.
- Vía linfática: se produce a través de los vasos linfáticos, siendo más común en tumores de mama, cabeza y cuello, entre otros. Las células se acumulan en los ganglios linfáticos, un filtro que puede ralentizar temporalmente la diseminación, pero que también actúa como paso previo a que la enfermedad alcance otras regiones.
Principales órganos afectados por la metástasis
- Pulmón
El pulmón es uno de los lugares más frecuentes de metástasis, en parte debido a que recibe la totalidad del gasto cardíaco. Tumores de mama, riñón y algunos sarcomas muestran predilección por colonizar este órgano.
- Hígado
Dado su papel en la filtración de la sangre y su amplia irrigación, el hígado es un sitio muy común de diseminación, especialmente en tumores colorrectales, pancreáticos y estomacales.
- Huesos
Los huesos, en particular los de la columna vertebral, representan una localización metastásica frecuente en cáncer de mama y de próstata. Este tipo de metástasis puede ocasionar complicaciones como fracturas patológicas y dolor crónico.
- Cerebro
Los tumores de pulmón y de mama también tienen alta incidencia de metástasis cerebral. Esta situación representa un gran desafío terapéutico, pues puede causar déficits neurológicos graves y limita las opciones de tratamiento.
Factores que promueven la metástasis
Transición epitelio-mesenquimal (TEM)
La transición epitelio-mesenquimal es un proceso clave para la diseminación de las células tumorales, ya que les otorga características más migratorias e invasivas. La TEM implica la pérdida de moléculas de adhesión como la E-cadherina y la ganancia de marcadores mesenquimales como la vimentina. De esta forma, las células adquieren una mayor plasticidad que facilita su paso a través de tejidos y barreras.
Células madre cancerígenas (CSC)
Dentro de los tumores habita un subconjunto de células con capacidades similares a las células madre. Estas células madre cancerígenas poseen una alta capacidad de autorrenovación y son capaces de resistir los tratamientos convencionales. Por ende, se las relaciona directamente con la formación de metástasis y la recaída tras la terapia oncológica.
Microambiente tumoral
El entorno que rodea al tumor, compuesto por fibroblastos, vasos sanguíneos, células inmunitarias y la matriz extracelular, es clave para impulsar o frenar el proceso metastásico. En muchos casos, el cáncer “reprograma” este microambiente para que favorezca la angiogénesis (formación de nuevos vasos) y la evasión del sistema inmune, contribuyendo así a la propagación tumoral.
Enzimas degradadoras de la matriz extracelular
Enzimas como las metaloproteinasas de matriz (MMPs) resultan fundamentales para que las células malignas puedan atravesar la barrera de tejido y llegar a los vasos sanguíneos o linfáticos. Su sobreexpresión se asocia con una mayor agresividad y tasas de metástasis.
Detección y diagnóstico de la metástasis
La detección oportuna de la metástasis puede mejorar significativamente el pronóstico. Algunas de las técnicas diagnósticas más utilizadas incluyen:
- Tomografía computarizada (TC): muy útil para visualizar lesiones metastásicas en el hígado y pulmones.
- Resonancia magnética (RM): especialmente eficaz en el diagnóstico de metástasis cerebrales o vertebrales.
- Tomografía por emisión de positrones (PET): permite observar áreas de alta actividad metabólica, características de la célula tumoral.
- Biopsia líquida: un método emergente que identifica células tumorales circulantes y/o ADN tumoral en la sangre.
Enfoques terapéuticos
Cirugía y radioterapia
En ciertos casos, cuando la metástasis está limitada a una sola localización o es muy pequeña, puede optarse por una intervención quirúrgica o radioterapia dirigida. Sin embargo, la mayoría de las veces el abordaje es más complejo, dado que las metástasis suelen diseminarse en múltiples órganos.
Quimioterapia y terapias dirigidas
La quimioterapia sistémica es clave para eliminar células cancerosas que se han diseminado por el cuerpo. Por otro lado, las terapias dirigidas actúan sobre moléculas o vías de señalización específicas del tumor, como HER2 o EGFR, con el objetivo de minimizar el daño al tejido sano. Estas estrategias han demostrado eficacia en retrasar la progresión metastásica y mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Inmunoterapia
La inmunoterapia, que estimula al sistema inmunológico para identificar y destruir células cancerosas, se ha convertido en un enfoque revolucionario. Los inhibidores de puntos de control inmunitario, como los anticuerpos contra PD-1 o CTLA-4, potencian la respuesta de los linfocitos T, permitiéndoles atacar con mayor eficacia a las células tumorales, incluso en etapas avanzadas de la enfermedad.
Terapias antiangiogénicas
Dado que el crecimiento de vasos sanguíneos es crucial para que las células malignas reciban nutrientes y se diseminen, se han desarrollado fármacos antiangiogénicos, como bevacizumab, que bloquean el factor de crecimiento endotelial vascular (VEGF). Al impedir la formación de nuevos vasos, estos tratamientos buscan interrumpir el suministro de nutrientes al tumor y frenar la propagación de metástasis.
Pronóstico y calidad de vida
La metástasis conlleva un pronóstico más reservado que los tumores localizados. No obstante, los avances en el área de la medicina personalizada y la detección precoz han mejorado la supervivencia en algunos tipos de cáncer metastásico.
El objetivo actual no solo es prolongar la vida, sino también mantener una buena calidad de vida, gestionando de forma óptima los síntomas asociados a la enfermedad y los efectos secundarios de la terapia oncológica.
Factores como la edad del paciente, el tipo de tumor primario, el número y localización de metástasis, y la respuesta a los tratamientos son determinantes en la evolución clínica. Además, la identificación de biomarcadores específicos ayuda a los profesionales de la salud a personalizar el tratamiento, aumentando las posibilidades de éxito.
Últimos avances y perspectivas futuras
La investigación sobre la metástasis se mantiene en constante evolución. Entre las nuevas tendencias destacan:
- Biopsias líquidas: la detección de ADN tumoral o células tumorales en sangre continúa abriendo puertas para diagnósticos menos invasivos y más tempranos.
- Terapias génicas: se estudian técnicas que permitan “desactivar” genes implicados en la invasión y la migración de células cancerosas.
- Modulación del microambiente tumoral: dirigidas a impedir que el entorno del tumor facilite la colonización de células malignas.
Se espera que estas aproximaciones, junto con la medicina de precisión, permitan desarrollar tratamientos altamente específicos y eficaces que controlen o prevengan la metástasis de manera más efectiva.
Conclusión
La metástasis representa el peligroso viaje que llevan a cabo las células cancerosas, convirtiendo una enfermedad localizada en un reto médico mucho más complejo. Comprender las etapas de la cascada metastásica, así como los factores que influyen en la invasión y colonización de nuevos tejidos, resulta esencial para mejorar los métodos de detección y las terapias disponibles.
Aunque se han logrado progresos importantes, el control de la metástasis continúa siendo uno de los grandes desafíos de la oncología moderna. La investigación permanente en campos como la inmunoterapia, las terapias dirigidas y la modulación del microambiente tumoral ofrece esperanzas de un futuro con tratamientos más eficaces y menos agresivos para los pacientes.